La estación de autobuses de Pontevedra apenas registró actividad durante la jornada de ayer, en el segundo día de esta semana de huelga en el sector, si bien sí se produjeron algunos incidentes relacionados con los servicios mínimos. A las diez de la mañana, el panorama que ofrecía la terminal local era de paralización total, con los vehículos aparcados en las dársenas, ningún pasajero y solo algo de actividad en la cafetería.

Y es que a esas horas, los huelguistas, conductores y demás trabajadores de las empresas de transporte, así como representantes sindicales, cambiaban el escenario de su movilización y se trasladaban a lo largo de la calle Fernández Ladreda hasta la delegación territorial de la Xunta, que "ocuparon" durante más de una hora, hasta que lograron entrevistarse con el responsable local de transportes. Su intención era reunirse con el delegado territorial, José Manuel Cores Tourís, pero el fallecimiento de su madre lo impidió.

Al margen del "encierro simbólico" en la sede autonómica, la jornada volvió a registrar la presencia de la Policía y la Guardia Civil de Tráfico en la estación de autobuses, para escoltar a un autobús de turistas que era retenido por los piquetes.

Algunas fuentes, por su parte, denunciaron que tres autobuses de la ruta entre Pontevedra y Marín habrían aparecido con las ruedas pinchadas. Sin embargo, los sindicatos lo negaron y la Policía Nacional tampoco tenía constancia de esos hechos a mediodía de ayer.

La entrevista con el responsable local de transportes sirvió a los huelguistas para exponer sus demandas, en especial que las negociaciones sobre este conflicto y el concurso de nuevas líneas que tiene en marcha la Xunta se celebren a tres bandas y de forma conjunta, con la presencia en la misma mesa del gobierno gallego, la patronal y los trabajadores. El representante autonómico se comprometió a trasladar el asunto a la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, según explicó el delegado de UGT Enrique Marín. En esa negociación a tres bandas insiste también Xabier Aboi (CIG), mientras que José Luis García Pedrosa (CC OO) sostiene que la próximo movilización debería incluir una manifestación masiva de todo el sector en Santiago. Para la próxima semana, si el conflicto no se resuelve antes, están convocadas dos jornadas más de huelga, el martes y el miércoles.

En el origen de esta huelga esta el concurso convocado por la Xunta para otorgar las concesiones a las que renunciaron varias empresas, entre ellas las que cubren el recorrido entre Pontevedra y Marín, o entre la capital y Sanxenxo, por ejemplo. A juicio de UGT, los balances económicos que se realizan en algunos de esos recorridos "no cuadran y no dan ni para el gasoil", por lo que temen una reducción de plantilla. También piden que se garantice la subrogación de los trabajadores "en las mismas condiciones que ahora".