La Educación Física suele incluir muchas actividades prácticas dentro de su programa curricular, pero ayer, los alumnos del Sagrado Corazón de Placeres disfrutaron de un ejercicio todavía más práctico que de costumbre.

La Escuela de Piragüismo Ciudad de Pontevedra acudió ayer al entorno del colegio para ofrecer a los estudiantes una clase práctica de iniciación al deporte de la pala. De este modo, los alumnos y el profesor de Educación Física cambiaron las aulas y el gimnasio por el agua.

La pequeña playa de Placeres fue el escenario encargado de acoger la actividad en la que la mayoría de los aproximadamente 50 alumnos del último curso de Primaria disfrutaron de su primera toma de contacto con el piragüismo.

Tras un inicio de sesión con una explicación teórica sobre las diferentes tipologías de remos y su forma de utilización, así como las variedades de embarcaciones, los alumnos se pusieron manos a la obra. Por grupos y en parejas, se montaron en los kayak de recreo puestos por el club pontevedrés a disposición del alumnado.

Al principio imperó la descoordinación entre compañeros. "No es fácil coger la dinámica al principio y más cuando tienes que remar a la vez que el otro compañero de embarcación", explicaba el director del club, Miguel Ángel Villanueva, Miki.

Sin embargo, guiados por una canoa controlada por una piragüista del Ciudad, poco a poco los kayak fueron adquiriendo un rumbo coherente hasta completar unos centenares de metros mar adentro, antes de reemprender la vuelta y dejar paso a más estudiantes. Y mientras unos se lanzaban al agua, el resto de compañeros aprovechaba para bañarse y jugar en el arenal sobre el que se cernían unas nubes que no impedían que el calor reinara en el ambiente.

Tras el fin de la actividad una hora después, los alumnos regresaron a las aulas mientras los profesores destacaban lo "oportuno" de la actividad. "Es una forma de hacerles salir de la rutina de las clases", explicaban. "Ellos están encantados. No hay más que verlos. Son lo suficientemente maduros para tomárselo enserio y lo suficientemente jóvenes para no desmadrarse", comentaban entre risas.

Mientras, Villanueva valoraba la actividad como "muy positiva" y esperaba que a alguno le hubiese entrado "el gusanillo". "Tienen tres compañeras que ejercieron como maestras de ceremonías que son un ejemplo", sentenciaba.