Cientos de usuarios resultaron afectados ayer en Pontevedra durante la primera jornada de huelga del sector de transporte público de viajeros por carretera contra el plan de transporte que está elaborando la Xunta y que prevé continuar todos los martes y miércoles desde esta fecha. El paro tomó por sorpresa a la mayoría de los afectados, especialmente los que iban a efectuar viajes de largo recorrido fuera de la comunidad autónoma, que no tenían una opción "b" para moverse.

Sin incidencias, según los convocantes, CC OO, UGT y CIG, se desarrolló esta primera jornada, pese a que un autobús tuvo que salir escoltado de la estación pontevedresa rumbo a Portugal. Los sindicatos cifraron el seguimiento de la huelga en la ciudad en casi un 100% , una cifra que hubiera sido menor de no ser por la presencia de los piquetes. Y el caso es que las escenas vividas ayer tanto en la estación de autobuses como en otras paradas, como la de la Praza de Galicia, siguieron esa tónica general, sin circulación de vehículos de pasajeros y con numerosos usuarios sentados en los bancos aguardando a que partiese alguno rumbo a su destino. Pese a todo, los sindicatos aseguraron que los servicios mínimos estaban garantizados.

Teresa Couso fue una de las afectadas. La vecina de Vilanova de Arousa estaba ayer a mediodía en la zona de las cocheras de la Estación de Autobuses de Pontevedra aguardando por el que le llevaría hasta la ciudad portuguesa de Lisboa, el mismo que antes para en Oporto, cuando se enteró de la huelga de transporte público de viajeros. Su caso lleva consigo una historia importante a nivel personal, ya que en la capital lusa tenía previsto reunirse con un grupo de personas durante una semana, "una reunión que marcamos hace mucho tiempo". Por ello, compró el billete con mucha antelación y y no se esperaba una sorpresa de este tipo de última hora.

Después de llevar un buen rato esperando, fue informada de que el autobús no había salido de su punto inicial, A Coruña. Pese a todos los contratiempos, la mujer se mostró comprensiva con los profesionales del sector y les deseó "que todo les salga bien y que sea por el bien de los trabajadores".

Al igual que ella, numerosos viajeros que iban a Portugal se vieron inmersos en una situación similar. Realmente, fueron los más afectados, ya que se quedaron atrapados sin otra opción para moverse. En el caso concreto de Paula Flores y su madre Blanca Olivo, dos argentinas que se encuentran estos días de viaje, su destino era Oporto. Esta parada significaba una de más en su itinerario que después les llevará a Lisboa y Marruecos. "Nos mandaron un e-mail para que confirmásemos el viaje y ahora nos encontramos con esto", se lamentaba la hija.

Una empleada de la compañía Alsa, con la que iban a viajar hasta Portugal les informó de que su autobús no había salido de A Coruña. "¿Y ahora que hacemos? Nos tienen que dar una solución, porque tenemos los hoteles reservados. No nos podemos quedar acá", insistían impotentes ante una situación que no se esperaban de ninguna manera.

Si los viajeros de largo recorrido lo tuvieron difícil para buscar una alternativa, en el lado contrario se encontraban los de trayectos cortos. Así, los que tenían previsto ir Vigo y a otras provincias gallegas solucionaron su problema a pocos metros de distancia, en la estación de trenes, y con tan solo cambiar sus horarios de partida.