Cada vez que se apaga el alumbrado público en las calles de A Seca los vecinos del barrio se echan a templar ya que raro es el día en el que la falta de luz viene acompañada de robos en las casas y en los coches aparcados. Los ladrones han descubierto un truco para actuar con más impunidad en el barrio, que no es otro que forzar el cuadro eléctrico que controla las farolas, cortar el suministro y dejar a oscuras las calles. Cuando los vecinos alertan a la Policía, los vándalos ya se hicieron con su botín y huyen. Y ocurre con cierta frecuencia.

Así lo denunció ayer el grupo municipal del PP, que alerta de que el citado cuadro eléctrico está al alcance de la mano y protegido con un simple candado muy fácil de forzar. La concejala María José Rodríguez Teso, con familiares en A Seca, aseguró ayer que estos episodios "son constantes y los vecinos están muy preocupados, me dicen que no están nunca tranquilos".

La edil emplaza al Concello a reforzar ese cuadro eléctrico del alumbrado público, tanto con más medidas de seguridad como con una ubicación de más difícil acceso. "Ahora está accesible incluso para un niño, con el peligro de electrocutarse, y cada vez que los vándalos rompen la puerta del armario, el Concello se limita a hacer orto agujero para meter el candado".

Este problema es uno de las más urgentes que deben ser reparados dentro de una batería de deficiencias en el barrio que denunció ayer el PP, que reclama un plan integral de rehabilitación de A Seca. Desperfectos en el pavimento, filtraciones de agua, falta de mantenimiento y una limpieza deficiente son algunas de las quejas vecinales.