El municipio de Pontevedra cuenta a día de hoy con 353 "lombos", pasos de peatones sobre elevados o mesetas en los cruces, según el estudio pormenorizado que durante los últimos meses han elaborado los servicios técnicos del Concello a raíz de la ordenanza de regulación de sus dimensiones que acordó toda la oposición para forzar al gobierno local a adaptarlos todos a las dimensiones y normas del Ministerio de Fomento.

De ese censo de "lombos", el 77% (en concreto 272) no se adaptan, por exceso o por defecto, a esa reclamada ordenanza, lo que obligaría a su modificación o eliminación. Así se detalla en el citado informe, que concreta de que todos los pasos sobreelevados, solo siete "son más duros" que lo exigido por el ministerio, por tener una rampa más inclinada de lo permitido o por otras razones. En cambio, otros 265 habría que modificarlos también por todo lo contrario, ser "más suaves" de lo que propone la ordenanza que defienden PP, PSOE, Marea y Ciudadanos, según se indica en el citado informe desvelado ayer por el concejal Luis Bará.

El mismo documento cifra todas estas obras en 1.925.682 euros, una cantidad que el gobierno local no está dispuesto a emplear en ese fin, de ahí que el acuerdo plenario adoptado en febrero pasado y aún pendiente de aplicación, está en el aire. Su futuro depende ahora en exclusiva del gobierno local, que podría anularlo alegando razones presupuestarias, como así parece que hará, con el añadido de que la normativa de Fomento es de obligado cumplimiento en las carreteras estatales pero no en los viales municipales. Además, también se mencionan dudas sobre la legalidad del acuerdo plenario de febrero pasado.

Nueva señalización

De ese presupuesto, más de 650.000 euros corresponderían a una modificación de la señalización horizontal -el pintado de los "lombos", que no se ajusta plenamente a lo que determina el ministerio, mientras que algo más de un millón de euros se emplearía en rehacer por completo más de 200 pasos sobreelevados, y otro 130.000 euros serían necesarios para corregir algunas deficiencias.

Los servicios técnicos han analizado en los últimos meses (al menos desde abril) uno a uno todos los pasos elevados del municipio, una de las razones de que a día de hoy, nueve meses después del acuerdo plenario, aún no esté resuelto este asunto. Se contabilizaron 353, de los que "31 presentan un rango de dureza semejante o superior" a la normativa de Fomento. En concreto son siete los de "máxima dureza", que se ubican en las siguientes calles: Tres en la calle Alemania de Monte Porreiro, dos en la Rúa da Auga y uno en O Gorgullón, ambos en el mismo barrio y otro más en la calle Antón Fraguas. Según Bará, "el resto, 322 (el 91%) cumplen esos parámetros o incluso están por debajo, si bien 57 son plataformas o mesetas en los cruces" que no estarían afectadas por la futura ordenanza. Quedarían por tanto 265 "más suaves" pero igualmente modificables. Estos datos se unirán a otros informes técnicos y de la Policía Local para que el gobierno local decida.

La norma de Fomento que el PP exige aplicar, con el apoyo del resto de la oposición, establece el ancho máximo de la "meseta" de cada "lombo" en cuatro metros y su altura, en diez centímetros, con una pendiente en las rampas entre el 4 y el 10% según la velocidad. Además, se aconseja que entre uno y otro haya una distancia mínima de 50 metros.

Hasta ahora, el gobierno local asienta su política de "pasos elevados" en un informe técnico de 2010 que reúne toda la normativa existente al respecto, más bien escasa. Además de la citada orden de Fomento, hay otra de Vivienda, de 2010, que establece que "siempre que se considere necesario se podrá aplicar la solución de elevar los pasos de peatones en toda su superficie al nivel de las aceras". Se apunta que esta orden se refiere a la accesibilidad y "sí es de obligado cumplimiento para todas las administraciones, incluidos los concellos y las calles urbanas". El informe municipal apunta que "se regulan con mucho detalle las características de las soluciones aplicadas y no refleja limitación alguna sobre la altura u otras características de los pasos elevados".

"Gran variedad"

El PP se queja de la "gran variedad" de diseños, con alturas y rampas diferentes y el gobierno local replica esgrimiendo esta orden de Vivienda y diciendo que cada calle requiere de su propia solución para calmar el tráfico y no vale un "lombo" tipo para todas.

El citado informe de 2010, base de la proliferación actual de badenes, añade que su objetivo es "mantener mediante elementos físicos una velocidad reducida, garantizar la accesibilidad a personas con dificultades motoras y mejorar la seguridad de los peatones". Añade, sobre la altura de los "lombos", que "hay diferentes criterios" incluso en Fomento, ya que su orden de 2008 habla de un máximo de 10 centímetros, pero una guía sobre diseño urbano de 2003 apunta a 14, la altura habitual de los bordillos de las aceras. También cita las recomendaciones sobre anchura, distancia entre pasos y pendiente de las ramas, que en Pontevedra oscilan entre el 10 y el 6%, "más suave de lo que propone el Estado", indica el informe.