"6 anos. Un veciño q estudaba no seminario volvía as fines de semana. Sentábame no colo e acariciábame as pernas". En la memoria de la concelleira de Igualdade, Carme Fouces, persiste un recuerdo desagradable de cuando era niña, ayer quiso compartirlo con el mundo entero a través de la red social Twitter y el hashtag #PrimAcoso, que el Concello de Pontevedra ha puesto en marcha con motivo de la campaña del 25 de noviembre, cuando se celebra el día mundial de la eliminación de la violencia contra la mujer.

Tras la política, han sido decenas las personas que han hecho memoria y han expresado su rechazo a todo tipo de acoso, especialmente el que sufrieron cuando eran menores de edad.

"De pequena era a única nena do equipo de fútbol: "Ti ponte de porteira que as nenas non sabedes darlle ao balón'", asegura Luz P. Costas, mientras que Ana Miranda dice: "Política en reunión. Olla, é guapa "a tipa", di un. Perdoe, vin por lista non por guapa. A eles nunca lle din iso!".

Las experiencias de las mujeres tienen lugar, según sus tuits y mensajes en sus muros de Facebook en diferentes situaciones, desde el colegio hasta el trabajo o, simplemente, cuando van al cine o pasean por la calle. "9 anos. O cura que me confesaba antes da comunión díxome que lle contara os pecados que facía cando estaba eu soa",recuerda Diana López. "Das primeiras veces que fun soa ao cine, o tipo que se sentaba na butaca do lado empezou a sobarme até que me levantei e marchei!", escribe Rocío da Igrexa.

"No podemos quejarnos por lo que nos pasa porque no nos entienden y nos pueden tildar de exquisitas. Muchas veces es porque somos unas niñas y sabemos que hay algo, alguna cuestión que no va bien", recalcó Carmen Fouces en la rueda de prensa en la que presentó la campaña, que continuará abierta,en principio, hasta el 25 de noviembre.

"Con los años llegamos a entender y, con una serie de claves, analizamos y entendemos que aquella persona nos estaba acosando de la forma más amable y cariñosa posible", subrayó.

Fouces resaltó que este tipo de acosos suelen suceder en el entorno más próximo, incluso familiar, y "pasan desapercibidos".

"Todas las mujeres somos objeto de este tipo de acciones, otra cuestión es que seamos capaces de identificarlo o no", aseguró la concelleira.