César Lombera se tomaba ayer con humor el suceso que tanto revuelo causó alrededor de su conjunto escultórico, La Tertulia, en pleno centro de Pontevedra.
-¿-Ha sido muy complicada la operación?
-No. Ha resultado según a lo previsto. Había que sanear la zona, soldar, repasar toda la escultura y hemos aprovechado para limpiarlas todas bien. También hemos realizado unos agujeros a las tazas y vasos para que desagüen cuando llueve.
-¿Con qué se limpian?
-Se limpian con detergente, pero a mayores le aplicamos un ácido. En la zona donde hemos soldado ha quedado más dorado, por lo que tardará unos días en oscurecer, ya que tiene que actuar el ácido sobre el bronce. Después quedará igualado el color. Habrá que aplicarle un par de días más el ácido para conseguir un resultado óptimo.
-No es la primera vez que el conjunto escultórico tiene que ser intervenido.
-Sí, en dos o tres veces. Con las gafas de Castelao y con el arco del violín de Manuel Quiroga, que ya se ha decidido no reponer. La última vez fueron unos chicos, que tumbaron a Quiroga. Hicieron mucha fuerza y mucha presión. Hubo que reponer las losas sobre las que se aguanta.
-Pero el suceso más llamativo ha sido el de Paz Andrade.
-Fue más histeria colectiva que otra cosa. El niño como entró, tenía que salir. Lo que pasa es que el niño gritaba, la madre se puso nervioso, vinieron la Policía Local y los Bomberos... La presión llevó a que utilizasen una especie de brazo hidráulico y se partiese el de Paz Andrade.
-¿Qué pensó cuándo le informaron del suceso?
-Una tarde estuve aquí en una de las terrazas sentado un rato y me asombró cómo los niños pueden subir y colarse. Creo que este es el mejor parque infantil que hay en Pontevedra (risas). Procuro que mis esculturas sean interactivas, pero tanto...
-¿Se ha planteado en alguna ocasión vallar el conjunto?
-¡No! ¡Para nada! Mi escultura está a pie de calle. En este caso se construyó la plataforma porque aquí había una fuente. Es una especie de escenario. Todas las esculturas que tengo, como Las Marías de Santiago, tienen la intención de que la gente pueda interactuar con ellas.
