Colón, a bordo de su carabela, desembarcó en Combarro en la noche del pasado viernes. Desde entonces, la histórica localidad se convirtió en una recreación de una villa del siglo XV con un sinfín de actividades durante toda la jornada, que tuvo como colofón, ya cerca de la medianoche un espectáculo de malabares y fuego en la plaza da Chousa. Se ponía así punto y final a la séptima edición del Día de Colón, una celebración con la que Poio quiere no solo atraer visitantes a su casco histórico más emblemático, sino también reivindicar el origen gallego, en concreto de Portosanto, del Almirante.

Y mientras numerosos vecinos y visitantes se ataviaban con vestidos de época y disfrutaban de este recreación histórica, los amantes del rugido de los motores se daban cita en A Reiboa para disfrutar del programa de la concentración motera, que también alcanzaba este año su séptima edición y que se desarrolla durante tres días, desde la noche del viernes hasta hoy domingo, con espectáculos de stunt, recorridos en moto por la comarca y citas gastronómicas.

La concentración motera aún tiene hoy unas últimas horas de celebración, pero el Día de Colón vivió ayer su última y más intensa jornada, con un mercado medieval, bailes de época, propuestas musicales y, sobre todo, actividades para niños y mayores como exhibiciones y talleres de tiro, muestras de cetrería, obras teatrales por las calles de Combarro y otras propuestas. Una de las novedades de este año era el cambio de ubicación de la justa medieval, pero el verdadero espíritu de la fiesta es la implicación de vecinos, comerciantes y hosteleros, que se visten de época y engalanan sus establecimientos, además de preparar menús especiales con los que honrar a Colón y reforzar la teoría de su nacimiento en Portosanto, a pocos kilómetros de Combarro.

Por su parte, los moteros tuvieron ayer una amplia oferta de actos con juegos y concursos, sorteos de regalos y sesión musical durante la madrugada, que atrajo a cientos de aficionados y curiosos hasta la explanada de A Reiboa, y que tiene hoy domingo su colofón con la jornada de despedida. Para las once de la mañana está prevista una salida de los participantes para realizar una ruta por la comarca, con paradas gastronómicas por el camino. A las tres de la tarde se ofrecerá el pincho de despedida, con nuevo sorteo de regalos, y comienza la organización de la edición del próximo año.