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Retiradas toneladas de cascotes en el Pazo Mariño de Lobeira tras dos meses de trabajo

A finales de febrero comenzó la limpieza y desescombro del Pazo Mariño de Lobeira. Más de dos meses después el inmueble de la calle César Boente está prácticamente despejado, con toneladas de cascotes retirados, buena parte del tejado desmontado y sin el riesgo que durante años presentó este edificio. No obstante, aún podría ser preciso apuntalar ciertos elementos estructurales.

El inmueble, situado en el número 6 de la calle César Boente, en pleno casco histórico, había sido declarado ruina técnica y económica en marzo de 2015, fecha en la que se instó a sus dueños a que tomasen una serie de medidas para la conservación de estructuras y la elaboración de un proyecto de rehabilitación en un plazo de seis meses, como está establecido en el plan especial del casco antiguo de Pontevedra, Peprica.

En febrero la propiedad presentó su solicitud de limpieza y desescombro admitiendo el peligro de colapso. Tras esta solicitud, el arquitecto jefe de la Oficina Técnica de Licencias e Inspección emitió un informe sobre el estado del edificio en el que corroboró su estado, lo que derivó en una orden del Servicio de Disciplina Urbanística del Concello que recordaba que cualquier trabajo en el pazo debe someterse a la autorización de la Comisión Territorial del Patrimonio Histórico de Pontevedra, por ser una construcción catalogada y sujeta a la protección del Peprica. En todo caso, este informe técnico municipal aseguraba que parte de la estructura de madera se derrumbó arrastrando la cubierta al interior de la edificación y que otra estructura de madera presenta agotamiento de su capacidad, ofreciendo peligro de derrumbe.

Precisamente, con la finalidad de evitar el colapso generalizado del inmueble, se autorizó la retirada de los escombros que sobrecargaban la estructura existente, así como el desmontaje de elementos no estructurales ni singulares de la edificación, junto con el apuntalamiento, con la autorización de la Consellería de Cultura y de Patrimonio de Pontevedra.

El informe municipal hacía especial hincapié en que cualquier trabajo que se realice no puede incluir "más derrumbes de los necesarios" y en que la propiedad queda obligada a la reposición del bien "a su estado primitivo". Ayer mismo la imagen que ofrecía el interior del pazo era muy distinto al de tres meses atrás y todavía continuaban los operarios en su interior, con todo su perímetro vallado.

El pazo es uno de los edificios en ruinas que más afea en la actualidad el casco histórico. Tiene años de abandono a sus espaldas y se encuentra vallado desde enero de 2011, cuando un temporal provocó el desplome de parte de su interior.

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