Si no sabe qué hacer con la gran cantidad de desperdicios orgánicos que se generan el ámbito doméstico, la concejalía de Medio Ambiente de Poio le da la solución: el compostaje. El Concello de Poio ya lideró en la comarca este tipo de iniciativas medioambientales a finales de 2010, cuando repartió 50 composteros individuales e instaló uno colectivo, y desde entonces son los mayores del programa Saudamente, de la Concejalía de Benestar Social, los que se encargan de su mantenimiento en la parte trasera del gimnasio de A Seca. A él están adscritos unos quince vecinos a los que se suman los responsables del quiosco cercano, alumnos del colegio Isidora Riestra que colaboran depositando sus restos orgánicos en la "piscina verde".

En su día fue una instalación "experimental", pero con la Diputación apostando ahora por el sistema de compostaje colectivo, el Concello quiere retomar con fuerza esta medida, que en los últimos años se quedó "estancada", como reconoce el concejal de Medio Ambiente, José Ángel Lodeiro. "La gente está poco concienciada y va lento, pero tras las fiestas queremos darle un impulso, por todo lo que representa medioambiental y económicamente la reducción de estos vertidos", señaló el edil.

Así, desde el Concello abrirán dos frentes en los que tratarán con los vecinos una mayor normalización del compostaje en el municipio. Por un lado, se repartirán los 400 composteros individuales que aporta la empresa responsable del servicio municipal de recogida de basura, de acuerdo con el pliego de la contratación. El reparto se suma a los 50 ya existentes y se entregarán a los solicitantes que muestren el compromiso de emplearlo.

Con algo más de tibieza afrontará la otra alternativa el Concello, el de los composteros colectivos. "Se realizarán charlas en conjunto, para los composteros colectivos e individuales", señalaba Lodeiro, que afronta como primer problema en qué lugares se instalarán. Las características que se buscan es que el suelo sea orgánico y que se localice en un entorno a un mínimo de 300 metros de las viviendas de los usuarios comprometidos a usarlo, para evitar que se tengan que realizar grandes desplazamientos. Además, según el plan de la Diputación, es necesario que se adscriban por compostador colectivo un mínimo de 80 vecinos y un máximo de 350. Una opción que proponen los técnicos provinciales es su ubicación en parques infantiles.

Con la medida se busca la reducción de la cantidad de desperdicios que se recogen en los contenedores del Concello y abaratar de este modo el coste del servicio de recogida de basuras, con una mayor eficiencia en los trabajos municipales. Un abaratamiento que se verá reducido también en el canon de Sogama. También tiene su repercusión en los costes de transporte y la creación de abono. "En los individuales es muy común pero también en los colectivos el abono natural puede ser aprovechado por los usuarios de la compostadora y también lo utiliza el Concello para parques públicos", señaló Lodeiro.

Algas

La iniciativa de fabricar abono natural a través del compostaje en Poio se extiende también a la actividad en las playas. Y es que en los últimos años las algas recogidas en las playas son trasladadas a una planta en Salvaterra donde pasa a ser abono, aunque antes es acumulada por los funcionarios municipales en una finca propiedad de la comunidad de montes de A Rega dos Agros. "Al principio se hizo cargo del transporte el Concello, pero ahora lo hace la empresa del servicio de recogida de basura", explicaba Lodeiro.