El Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) es el principal sostén económico de los concellos y por esa razón, el de Pontevedra tiene en marcha desde hace cuatro años una exhaustiva inspección de este padrón con el fin de destapar las bolsas de fraude al respecto. Para el año 2016 el gobierno local tiene prevista una recaudación récord, hasta ahora nunca alcanzada que supera los 18,3 millones de euros. De lograrse esa cifra, el IBI supondrá que uno de cada cuatro euros que ingrese el Concello el próximo año por cualquier vía, procederá de la antigua Contribución. Así se establece en el presupuesto municipal aprobado en solitario por el BNG, gracias a la baja por enfermedad de un concejal del Partido Popular, y que aún está pendiente de alegaciones.
Al margen de la inspección de los padrones, una de las "maniobras" a las que recurrió el gobierno local para mantener la recaudación fue solicitar al Ministerio de Hacienda la revisión del valor catastral de los inmuebles.
Incremento
Esto supone elevar en un 10% el valor actual, incremento que se compensa con la pérdida de un porcentaje similar al desaparecer la orden del Gobierno central de 2012 de revisar desde entonces al alza el coeficiente de este mismo impuesto.
El Boletín Oficial del Estado publicaba en septiembre la orden del Ministerio de Hacienda por la que se establecía la relación de municipios en los que se aplicarán "los coeficientes de actualización de los valores catastrales" determinados por el Presupuesto estatal para 2016.
En la provincia de Pontevedra se incluyen 15 municipios y entre ellos figura Pontevedra. Esta actualización, a causa de la antigüedad de los valores del municipio, de 2001, incide en el Impuesto de Bienes Inmuebles y es una petición voluntaria de cada municipio, de ahí que el PP haya exigido que se retire tal petición con el fin de rebajar el IBI de 2016 en un 10%.
Sin embargo, ningún grupo, tampoco de la oposición, apoya por el momento esa medida. Además de Pontevedra, también lo pidieron otros tres municipios de la comarca, Marín, Poio y Vilaboa, junto con A Guarda, Bueu, Nigrán, O Grove, Soutomaior, Tui o Vilanova de Arousa.
La recaudación de 18,3 millones por el IBI para el próximo año supone un incremento de casi medio millón con respecto a lo presupuestado para 2015, que fue de 17,8 millones, mientras que en 2014 se situaba en 17,5. Gradualmente ha ido subiendo esta cifra, un aumento que se justifica en buena medida de las inspecciones fiscales y la persecución del fraude iniciadas de forma sistemática en 2012.
Así, el volumen de nuevas altas alcanzada en los últimos doce meses es de 984, que se suman a los 1.881 recibos añadidos el pasado año, hasta sumar en el padrón para el actual ejercicio un total de 68.650.
A principios de 2012, una empresa especializada comenzó a revisar, una a una, todas las fichas del padrón municipal del IBI y la relación inmobiliaria de la Dirección General del Catastro.
Más de tres años después esta auditoría ya se ha completado en todo el rural y en gran parte del casco urbano, si bien no todas las altas detectadas hasta ahora en estas inspecciones se han incorporado al padrón definitivo por cuestiones como reclamaciones, notificaciones y otras causas.
De este modo, el volumen de recibir que se pone mañana al cobro es de 16.735.070,03 euros, un 6,5% más alto que el padrón de 2015, que apenas rebasaba los 15,7 millones de euros.
