Casi dos años después de la declaración provisional del tramo rural del río de Os Gafos como Espacio Natural de Interés Local (ENIL), el gobierno local aprobó ayer su plan de conservación que permitirá elevar ese nivel de protección a definitivo, y con él, establecer las pautas de actuación para conservar el cauce fluvial y su entorno. El documento, que aún deba pasar por el pleno y superar el examen final de la Xunta, detalla las "actividades permisibles y limitaciones necesarias para la conservación de un espacio" de 47 hectáreas por la parroquia de Tomeza desde O Marco hasta el límite con Vilaboa.
Entre las directrices básicas, además de prohibir vertidos, podas y talas indiscriminadas y otros ataques a la fauna y la flora, el documento hace referencia al sendero fluvial que recorre toda orilla del río y que está pensado "para un uso peatonal, por lo que la utilización de bicicletas o de otros vehículos se debe limitar. Las características de la senda (dimensiones, firme) no soportan este uso y se provocan daños por erosión y eliminación de vegetación por las rodadas". Añade que "además pueden producirse situaciones de peligro para el resto de usuarios (a pie) por ser un sendero demasiado estrecho para compatibilizar los dos usos". Por ello, el plan de conservación plantea el diseño de una alternativa para las bicicletas y la opción más probable es aprovechar el vial de servicio ejecutado por las obras del Eje Atlántico, paralelo a las nuevas vías del tren.
En el capítulo de normativas de uso se detallan las pautas para la protección de la fauna y la flora, de los recursos hídricos y del suelo y paisaje. En ellas, se prohibe la suelta o plantación de espacies animales o vegetales alóctonas, la captura o recogida de especies autóctonas, la caza, el uso de megafonía, la suelta de animales domésticas y, por supuesto, los vertidos de todo tipo, así como el lavado de coches. Tampoco se permite "la ocupación de terrenos del espacio para el aparcamiento de vehículos, caravanas o remolques, así como la instalación de casetas, tiendas de campaña, sillas y mesas o cualquier otro artefacto que sirva para la estancia al aire libre". Estas normas impiden posibles asentamiento chabolistas en el tramo rural, pero no afecta al de la calle Otero Pedrayo, situado fuera del ámbito protegido por este ENIL.
También quedará prohibido la instalación de "inscripciones, señales y dibujos en los árboles, paneles informativos y otros avisos salvo los autorizados", junto con el montaje de "antenas, pantallas o artefactos que alteren la armonía del paisaje". Este capítulo incide en los nuevos tendidos eléctricos y telefónicos, que deberán ser subterráneos.
El mismo capítulo normativo dedica un epígrafe a los usos públicos, actividades científicas, educativas y de otro tipo, donde queda clara la propuesta de "no permitir la circulación de vehículos fuera de las carreteras abiertas al tráfico, de bicicletas fuera de la ruta habilitada (la alternativa que se propone), entrar en zonas señaladas como no accesibles al público, encender cualquier tipo de hoguera o fuego, abandonar desperdicios y la toma de imágenes de vídeo o fotografía profesional con finalidad comercial".
Por contra, la pretensión general, además de conservar en su mejor estado natural posible todo el entorno, es "fomentar las actividades de paseo y contemplación y promover su uso para grupos escolares y otras dedicadas a actividades concienciadoras de con la naturaleza".
Por todo ello se establecen unas "lineas principales de trabajo" para la conservación del espacio que pasan de entrada por disponer de "una brigada de mantenimiento durante todo el año". Además, se apuesta por la eliminación de especies invasoras, la conservación de bosque de ribera y la eliminación en lo posible de "los ejemplares aislados de eucalipto a lo largo de todo el ENIL y que causan un impacto paisajístico muy alto".
