El cambio de presidencia en Cáritas Parroquial en 2013, cargo que ostentaba un voluntario de esta localidad que hubo de abandonar el mismo dado que fue ordenado sacerdote y enviado a atender otras parroquias, propició que los nuevos responsables de la entidad decidieran, además de convertirla en Cáritas Diocesana, prescindir de los servicios de la religiosa Sor Elvira que tanto había conseguido a lo largo de las casi cuatro décadas de trabajo, lo cual a sus noventa años le creó una situación de gran angustia al sentirse rechazada por la nueva dirección.

Atrás quedaban sus logros, entre otros, haber conseguido la donación altruista de varios pisos y el local donde se ubica actualmente Cáritas a Sor Elvira, para su labor de acogimiento especialmente al colectivo inmigrante para el que, siendo insuficiente tal área de alojamiento, se alquilaban pisos, para este mismo fin organizando el pago de los gastos bien con aportaciones de los propios inmigrantes, bien con ayuda de la organización que ella sostenía.

Apoyo

Esa situación de angustia expresada por la propia hermana de la Caridad a sus colaboradores más próximos movilizó a un grupo de los mismos y a numerosas exalumnas y exalumnos de su etapa de profesora en el colegio Inmaculada quienes, tras comprobar la certeza de la decisión de la "nueva Cáritas" marinense, dieron traslado de esta situación al arzobispo de Santiago quien ordenó a Caritas facilitarle un local a Sor Elvira para que pudiese seguir llevando a cabo su labor de auténtica Caridad.

Convenio

A tal efecto, el máximo responsable seglar de dicha institución hizo firmar un convenio a Sor Elvira mediante el cual Cáritas Diocesana se comprometía a pagarle un local donde pudiera seguir con su labor pero, a cambio, ella tendría que hacerse cargo del pago del alquiler y los gastos de los pisos donde se alojaban entonces una parte del colectivo de inmigrantes antes referidos, lo cual suponía un desembolso mensual muy superior a la obligación contraída por Caritas Diocesana, además de la aportación de alimentos a sus moradores, convenio que Sor Elvira firmó, animada por su confianza en La Providencia y por su ilusión de mantener su caritativa labor.

El grupo de habituales colaboradores y exalumnos/as de Sor Elvira decidió consolidar su apoyo a la religiosa, por lo que se fundó esta Asociación legalmente constituida y reconocida por las administraciones y las instituciones "centrales" de caridad tales como el Banco de Alimentos y otras, y desde entonces, los y las voluntarios han venido trabajando a su lado devolviéndole la ilusión que ha tenido durante toda su vida que no fue otra que el servicio a los demás incluso con la negación propia.

Según aseguran los responsables de la asociación "Sor Elvira", la precaria salud de la religiosa aquejada de, principalmente sus casi 92 años de edad, "ha llevado a Cáritas Diocesana, con el evidente beneplácito de sus miembros en Marín, a romper unilateralmente el convenio firmado con la religiosa y le anunció la rescisión del pago del alquiler del bajo con la evidente intención de acabar con la acción de Sor Elvira, entendiendo tanto ella como la Asociación que quedan relegados de los compromisos acordados en el mencionado convenio".

Finalmente, esta asociación acordó que, pese a la "decisión excluyente" de Cáritas Diocesana, continuará con la labor caritativa de Sor Elvira por respeto a ella y, al menos mientras Dios la conserve entre nosotros".

Para ello han alquilado un local situado en la Calle Secundino Lorenzo, número 10 que ya ha sido habilitado para acoger las demandas de ayuda de las familias dirigidas desde los Servicios Sociales Municipales y seguir llevando a cabo una labor de detección de necesidad en familias y personas que lo están pasando mal.

El acto inaugural de la nueva sede será este jueves, día 8, a las seis de la tarde.