La lectura sindical a los datos de la última EPA muestra una notoria preocupación por el incierto devenir de la economía local. Sobre todo en comparación con otras ciudades gallegas y con el conjunto de la comunidad y el Estado. Desde Comisiones Obreras su secretario comarcal para Pontevedra, José Luis García Pedrosa, subraya que "es evidente que ésta es una situación francamente difícil que la ciudad no acaba de remontar, con sectores con regulaciones de empleo y despidos", apunta. Llama la atención, además, en el aumento de hogares sin prestaciones y su repercusión en actividades como el comercio.
"La gente pierde sus prestaciones y eso repercute sobre el consumo", indica. Considera "muy preocupante" la falta de perspectivas a corto plazo. También desde UGT su responsable pontevedrés, Ramón Vidal, habla de lo específico del caso local. Recuerda el mayor peso que el sector público tiene en la ciudad del Lérez en comparación con otras urbes y que "los contratos de la Administración son ahora mínimos, sin apenas cubrir bajas". Al hilo de estas circunstancias, habla de la estrecha vinculación entre el funcionariado y los resultados económicos de "comercio y servicios". Por su parte, el responsable de la CIG, Marcos Conde, ve estos negativos datos de la EPA "marcados claramente por el final de la campaña estival". También los achaca a que "la Administración ni cubre bajas ni períodos vacaciones y esto tiene mucho peso en una ciudad como Pontevedra".
Desde la patronal, el presidente de Aempe, José María Corujo, cree que "la falta de industrial es el grave problema" de la ciudad. "Es el sector que tiene que tirar para la salida de la crisis", dice. En todo caso, se muestra sorprendido por los datos de la EPA. Al menos en cuando al mercado laboral de hostelería y turismo. "Este año hubo movimiento en verano", afirma.
