Cuarenta alumnos iniciaron ayer en el Pazo da Cultura el décimo sexto Curso Internacional de Cerámica Contemporánea, un monográfico en el que participa como artista invitado Josep María Mariscal, que mostrará a los alumnos su aplaudido trabajo en cristalizaciones.

-¿Cómo empezó en el mundo de la cerámica?

-Mi padre era ceramista y desde los 6 años ya lo trabajo, en mi casa se olía el barro.

-¿Recuerda su primera pieza?

-Si, la hice a los ocho o nueve años, mi padre siempre fue cantarero, hacía cerámica tradicional, él estaba todo el día en el taller y me enseñó a trabajar el torno. Tuve unos comienzos complicados, al principio no me gustaba mucho la cerámica, mi padre era un hombre duro en ese aspecto, había que trabajar rápido, bien y sin vicios, todo lo que yo hacía lo hacía mal al principio; fue muy exigente con el oficio pero al final se aprende y ahora se agradece.

-¿Cómo es su obra?

-Mi obra es poco conceptual, me gusta hacer cosas bonitas, me inspiro en las cosas de la naturaleza, como frutas, y hago la técnica de las cristalizaciones de zinc.

-¿Cómo es esa técnica?

-Es la formación de un mineral en una pieza de porcelana. Se ponen un fundente y los componentes del mineral, es un silicato de zinc, el fundente normalmente es sólido, ponemos todos los elementos, subimos rápido a una temperatura concreta y cuando llega al punto de fusión, dejamos que descienda unos 100 grados y a una temperatura concreta se mantiene y se va formando el mineral, es geología, igual que se formaría en la naturaleza un cristal de cuarzo lo formamos en el esmalte cerámico.

-¿Qué añade a la pieza?

-Añade otro color, los óxidos cambian totalmente, el mineral cristalizado hace que cambien los colores, y es un mineral, es decir está la pieza, el esmalte y lo que tenemos allí si lo pudiéramos sacar es diferente, se va ionizando, va atrayendo metales y se forma un cristal, si tuviésemos espesor se formaría un cristal de cuarzo pero como no tenemos se expande en el esmalte.

-¿Es una técnica antigua?

-Si, surgió hace ya 150 años, fue por un error que la descubrieron, en una fábrica de la Revolución Industrial que hacía cerámica un día tuvo una saturación de zinc, primero pensaron que era un defecto de la pieza, era una saturación de zinc y a partir de ahí fueron desarrollándola. El mineral se forma donde quiere, por eso cada pieza es única, no se puede repetir la pieza ni hay dos iguales.

-¿Hay interés en España por la cerámica?

-Creo que nos queda bastante por avanzar, yo antes vendía en España pero ahora voy a Europa normalmente, en Francia les encanta la cerámica, aquí está el tema de que son cacharros, aquí piensan que la cerámica es cacharros, yo por eso vendo casi todo en Europa. Luego hay otra gente y lugares que si lo aprecian más, pero por ejemplo yo soy de Cataluña y allí estamos muy mal, está la moda del minimalismo, la gente tiene en su casita cuatro cosas y de ahí no se mueve pero, bueno, yo la mayor parte del trabajo lo llevo a Francia y después también a Austria, Holanda, me gusta el ambiente y el mercado.

-¿Donde tiene usted su taller?

-En Girona, en un pueblo que se llama Albons, en la Costa Brava.

-¿Lo heredó de su padre?

-No, compré una casa y vivo allí, (sonríe) trabajo en pijama.

-¿Es muy disciplinado en el trabajo o solo cuando está inspirado?

-No, soy disciplinado, trabajo todos los días.

-¿Qué enseñará a los alumnos del Curso de Cerámica Contemporánea?

-Yo soy tímido, he traído un power point con fotografías para que vean mi trabajo pero mis fotos no son muy buenas, me gusta más trabajar que hacer fotografías así que también he traído piezas para que las vean, las puedan tocar y vean la técnica, y además les voy a hacer trabajar (sonríe), piensan que vienen de vacaciones pero le he traído material para que trabajen.