Las dos mujeres que hace una semana llamaron al 112 para alertar de un robo en el número 96 de la avenida de Chancelas fueron detenidas ayer como presuntas asesinas de Secundino Prego, el hombre de 84 años que apareció muerto de una paliza en la entrada de su casa. Ambas, de las que se ha hablado como posibles cuidadoras del anciano, serían las autoras materiales del crimen. Además, un hombre también ha sido arrestado como presunto colaborador. Todo apunta a que el móvil del crimen es económico. Una de las arrestadas era desde hacía solo unos días heredera universal del fallecido.

Los agentes de la Guardia Civil apresaron ayer a estos tres individuos. A.T.F. y B.G.P., con edades comprendidas entre los 30 y los 50 años, serían las autoras materiales, mientras que el R.G.G., mayor que ellas, se considera como colaborador. Las dos mujeres solían dormir en la vivienda de Secundino. De hecho, en la llamada que realizaron al servicio de Emergencias dijeron estar en una habitación, resguardándose de unos ladrones que resultarían finalmente ser ficticios. En su relato, habían apuntado que estos eran dos hombres jóvenes, encapuchados y que huyeron en dirección Sanxenxo en un coche blanco. Pero nada de eso se correspondería con la realidad.

Los "intensos días de investigación", como los calificó el subdelegado del Gobierno, se fueron encauzando al constatar que la versión que defendían estas mujeres "no era coherente". Descartado el robo se estrechó el círculo al entorno más próximo de la víctima. Una ámbito que Antonio Coello definió como "muy amplio" debido al carácter de este conocido octogenario. "Eran numerosas las personas que dormían en su domicilio", afirmó, tal y como también habían apuntado los vecinos tras conocerse lo ocurrido.

Comentado cambio

Así, fueron las conversaciones con los familiares y el conocimiento de que Secundino había modificado el testamento una semana antes de su muerte en favor de una de estas mujeres lo que encaminó las pesquisas. En el propio velatorio se comentaba abiertamente del sorprendente cambio, realizado pese a tener parientes directos.

Este hombre, dedicado a la venta de lotería, viudo desde hace años y padre de un hijo y una hija, decidió modificar ese documento para nombrar heredera universal a una de estas mujeres, ahora detenida. Desde la investigación se recuerda que, al margen del dinero que pudiera tener el asesinado, el valor de la finca y de esta casa de Chancelas situada a unos metros del mar era "alto".

Desde la Subdelegación, al mantenerse el secreto de sumario, no se ha concretado ni la edad ni la vecindad de los tres detenidos. Sí se reafirma, no obstante, que fueron las dos mujeres las que dieron una paliza que en su momento se calificó como "brutal y con ensañamiento". Todo a primera hora de la madrugada del lunes día 3, cuando Secundino regresaba de una sala de fiestas que frecuentaba, la discoteca La Luna. Ni siquiera llegó a entrar en su casa, puesto que recibió los golpes en el camino desde el que se accede, junto a un galpón que también era de su propiedad. Agresiones que sufrió "con objetos contundentes" y que las mujeres habrían tratado de "esconder". De todos modos, algunos de estos artículos fueron descubiertos ya en un primer "reconocimiento visual".

El presunto plan de estas mujeres para tratar de desviar la atención y hacer creer que se trataba de un robo fue más allá de su llamada al 112. En sus explicaciones a los agentes aseguraron que, guarecidas en esa habitación, habían escuchado una "fuerte discusión" en el exterior, con lo que querrían hacer creer que Secundino se encontró con sus asesinos cuando estos salían del domicilio y él llegaba de la discoteca. Algo que también habían apuntado fuentes de la investigación en un primer momento. Luego la acumulación de indicios desmontó esa versión.

La farsa que habrían urdido los arrestados también incluyó dejar la casa de Secundino Prego patas arriba para dar más fuerza al móvil del robo.