"No hay ningún grupo de Europa del Este que no tenga un inhibidor de alarmas". De hecho, cualquiera puede adquirir uno a través de Internet por unos 45 euros. Con ello, alertan desde las compañías de seguridad privada de la ciudad, cualquier caco puede inhabilitar los dispositivos de seguridad inalámbricos de una vivienda o establecimiento en un radio de 100 metros y disponer de todo el tiempo del mundo para robar. Por ello, inciden, siempre recomiendan la instalación de alarmas por cable.

La última oleada de robos registrada en la ciudad, aunque aún no ha incrementado la compra de estos dispositivos, sí ha generado un repunte en el número de personas que solicitan un presupuesto para proteger sus viviendas o establecimientos, según informan desde el sector.

Los precios oscilan entre los 350 euros de un dispositivo de seguridad básica a los 1.500 de una cámara "anti-masking" (capaz de detectar que existe un objeto que se interpone en su visión) o de un sistema antirrobo que genera niebla.

"Recomendamos que las medidas de seguridad se adapten a lo que hay que proteger. Hay que tener claro que no se puede poner un dispositivo apto para proteger a un banco en una vivienda", explica Álvaro Fabeiro, de Alarmas Pontevedra.

Así pues, para las viviendas recomienda proteger el hall de entrada, así como disponer de algún sistema de vigilancia por cámara que permita comprobar a través del móvil, por ejemplo, si la advertencia es real. Con respecto a los establecimientos, el experto en seguridad destaca que en los últimos tiempos han cambiado las tendencias de los delincuentes hasta el punto de que en la actualidad "peligran más los estancos que las entidades bancarias o las joyerías". En estos casos, aconseja instalar un sistema de seguridad y videovigilancia de "alarma y verificación". Precisamente este último concepto, el de la verificación, es clave: una vez que el dispositivo de alarma se activa se comprueba que la amenaza es real (puede ser a través de una llamada de móvil o porque la compañía de seguridad reciba las imágenes) y, por consiguiente, se avisa a la Policía. "Según la nueva Ley de Seguridad Privada, los agentes no están obligados a personarse si la alarma no está verificada", apunta Fabeiro.

Por otra parte, desde el sector se advierte que los ladrones cada vez actúan con más profesionalidad. "Antes entraba en las viviendas al tuntún, ahora saben a qué hora entra la víctima, a qué hora sale o cuántos viven en el hogar", explica el experto, quien asegura haber visto puertas forzadas "sin apenas ser manipuladas". No obstante, instalar un dispositivo de alarmas supone reducir las probabilidades de sufrir un robo, sobre todo, en comparación con aquellos que están desprotegidos. En cualquier caso, lamenta Fabeiro, si los ladrones "están empeñados en entrar, ya puedes tener cámara, alarma o cualquier sistema de vigilancia, que te van a entrar igual".