Que el dinero no cae del cielo es una verdad universal. Sin embargo, a las terrazas de la ciudad lo que sí les cae del cielo son los problemas, concretamente los que cada día les ocasionan las gaviotas y palomas que, atraídas por los diferentes pinchos, no dudan en lanzarse sobre las mesas, estén o no vacías.

"Antes, si había gente en la mesa no se acercaban. Ahora, les da igual. Es una auténtica invasión", cuenta la empleada de un establecimiento que posee una amplia terraza en Las Palmeras. El testimonio lo repiten muchos propietarios de terrazas a lo largo y ancho de la zona monumental, que reconocen que el problema se ha agravado desde "hace tres o cuatro años".

Una de la cafeterías situadas en la plaza de San José ha optado por tomar medidas colocando unos pinchos "antipalomas" y varios cables por encima de las mesas. Algo que, de momento, "no han servido de nada", según reconocen.

Anteriormente, ya habían tratado de solventar sin demasiado éxito el problema colocando en el establecimiento una reproducción de un búho para intimidar a estas aves, algo que solventaba el problema solo durante los primeros días. Luego tanto gaviotas como palomas "le perdían el respeto".

Pérdidas

Los hosteleros se quejan de que la aglomeración de gaviotas y palomas causan diversos problemas, ya que "antes incluso de que abran los establecimientos, ya hay gaviotas merodeando por la zona". Principalmente, generan la queja de muchos clientes, que ven cómo, en ocasiones, estas aves echan a perder sus consumiciones y reclaman a los encargados la reposición. "

Muchos nos piden que le volvamos a poner la copa de vino o el café, pero ¿qué culpa tenemos nosotros? Al final se lo volvemos a servir, algo que nos genera una pérdida", reconoce la encargada de una terraza situada en la calle Gutiérrez Mellado.

"Incluso tuvimos que pagar la factura de un servicio de tintorería a un cliente porque una gaviota defecó sobre su gabardina", explica la misma dependienta.

"No sólo acuden a por los alimentos y lo tiran todo, sino que además dejan las mesas llenas de excrementos", reconoce.

A estos problemas se une la rotura de platos, tazas o copas. "No hay día que no tengamos daños de este tipo. En cuanto el cliente se marcha tenemos que dar una auténtica carrera para llevarnos cualquier resto de comida sobrante. A veces, por más que corramos, no conseguimos evitar que haya varias gaviotas devorando el pincho", apuntan.

Entre los afectados, algunos demandan al Concello que ofrezca una solución a este problema. "El gobierno municipal debería controlar de alguna forma la población de palomas y, sobre todo, la de gaviotas", reclaman. Otros, sin embargo, se resignan a que sus clientes compartan los pinchos con estas aves impertinentes.

Molestia común en muchas ciudades gallegas

Las molestias que ocasionan las palomas y gaviotas a las terrazas de la ciudad no es un caso exclusivo, ya que muchas ciudades de la comunidad han padecido este problema en los últimos años.

Vigo, A Coruña, Ferrol, Santiago de Compostela, Lugo e incluso Ourense, han tenido sus más y sus menos con estas aves impertinentes.

En la ciudad olívica, por ejemplo, se retiraron más de mil nidos de gaviotas y más de 1.500 huevos de esta especie durante el último año y medio. Esta medida forma parte de la campaña "Actuaciones con las gaviotas en la ciudad de Vigo" e invita a que cualquier vecino proceda a la retirada de nidos llamando previamente a un teléfono que facilita el Ayuntamiento, ya que, además de impertinentes, según el folleto informativo que reparten entre los vecinos, estas aves pueden "realizar ataques intimidatorios, llegando incluso a golpear con las patas y hacer leves heridas a las personas". Especialmente conflictiva es la presencia de gaviotas en el puerto de Vigo. También en A Coruña una empresa especializada contratada por el Gobierno local combate esta plaga retirando sus nidos y huevos.

Por su parte, en Lugo el problema lo generan la proliferación de palomas en el casco urbano. Los ejemplares de estas aves son capturados por una empresa especializada y trasladados a unas instalaciones de fuera de Galicia -política similar a la que se aplica en Madrid-. De esta forma, en la capital lucense lograron acotar el problema en los últimos años.

Protestas en Vilagarcía

Hace poco más de dos semanas, los vilagarcianos colocaron carteles de protesta contra los problemas de higiene urbana generados por palomas y gaviotas, además de perros y gatos abandonados. En este sentido, desde el Concello local se sugirió a los dueños de inmuebles abandonados que colocasen redes en los techos y cerrasen totalmente los edificios para evitar que éstos se convirtiesen en nidos de alguno de estos animales, sobre todo de las palomas y gaviotas, que tienen tomados algunos tejados.