Se veía venir. El ambicioso Museo da Historia da Cidade impulsado por la anterior teniente de alcalde Teresa Casal sobre los restos arqueológicos de la plaza de Valentín García Escudero se ha convertido en la primera "víctima" de la crisis y la nueva austeridad del flamante gobierno local. Este proyecto, que superaba los ocho millones de euros, ha quedado "en suspenso" hasta disponer de los fondos necesarios para su ejecución. El nuevo concejal del centro histórico, Luis Bará, no quiso ayer hablar de una renuncia expresa al proyecto, pero sí admitió que "en estos momentos es económicamente inviable" y añadió que "no parece lógico invertir en un proyecto de estas características la mitad de la inversión" prevista para todo el ejercicio y que podría situarse en unos veinte millones de euros. Una vez que el Gobierno central desestimó la pretensión municipal de financiar estas obras con el 1% Cultural, el Concello carece de fondos con los que afrontar en solitario el Museo.

Aunque fuentes municipales aseguran que esta decisión ya se pactó en las negociaciones entre BNG y PSOE sobre la coalición de gobierno, Bará se limitó ayer a apuntar que "estamos recopilando datos sobre las consecuencias presupuestarias de una obra que ya supuso una inversión importante en estudios y diseños". En todo caso, esos análisis técnicos no están encaminados a decidir qué hacer con el proyecto (ya no hay marcha atrás en renunciar al complejo museístico de 8 millones de euros) sino más bien en concretar el camino que se seguirá a partir de ahora. De entrada se apuesta por ocultar (de forma temporal y provisional) de nuevo toda la amplia excavación arqueológica realizada hace más de cinco años en la cabecera sur del puente de O Burgo y crear en la superficie una zona verde similar a la realizada en sus alrededores. No obstante, no se descarta retomar el Museo pero a una escala menor y, sobre todo más barato. Además, queda por resolver otro asunto complementario: el concurso convocado en la recta final del anterior mandato para adjudicar la primera fase de estas obras por importe de 3,4 millones de euros y destinada, entre otras cosas, a ejecutar la cimentación de un edificio ya descartado. Además, el concello ya no disponía materialmente de ese dinero, ya que abrió la licitación con unos 700.000 euros que se complementarían en 2012 con el resto.

Todo apunta a que se anulará ese concurso y se negociará alguna indemnización con los arquitectos que diseñaron el edificio. Al respecto Bará reconoce que "adjudicar ahora 3,5 millones de euros sería dar un paso adelante definitivo" en contra de la decisión tomada de renunciar a la actuación.

En todo caso, desde el gobierno local se intenta lanzar el mensaje de que la puesta en valor del pasado de la ciudad y de sus restos arqueológicos se mantiene como una "línea a seguir", condicionada, eso sí, a la disponibilidad presupuestaria. El concejal hace referencia a la continuidad de las obras del Campillo de Santa María y a la "buena marcha" de las visitas al Centro de Interpretación de las Torres Arzobispales. "En García Escudero hay hallazgos importantes y valiosa información sobre el pasado de la ciudad y este tipo de actuaciones sirvan para dinamizar la economía", si bien se considera que la crisis no permite reservar un mínimo de ocho millones de euros en esa actuación.

Las excavaciones arqueológicas de la plaza de García Escudero comenzaron hace años y destaparon notables restos de varias épocas, pero desde finales de 2007 (tras unos meses de exposición de los hallazgos mediante unas pasarelas provisionales) la zona permanece inactiva y sus restos están tapados con lonas, dando un aspecto de abandono a todo el entorno.