El ertzaina acusado de matar de un disparo al ourensano José Atanes Rodríguez -natural de Gudín, de 42 años, pero residente en Beasain- en la carretera nacional N-I en la localidad de Alegia (Guipúzcoa) cuando se detuvo en un vehículo el pasado 19 de diciembre de 2003, afirma que creyó "que el muerto participaba en un secuestro terrorista" y dijo que el arma se le disparó cuando éste se resistió, según su declaración en la primera sesión del juicio que acogió ayer la Audiencia de Guipúzcoa y cuyo testimonio fue recogido por la agencia Efe. Pese a su declaración, la novia del fallecido, que se hallaba dentro del coche cuando ocurrieron los hechos, indicó que el disparo se produjo cuando ya lo había reducido.

El fiscal reclamó para el procesado dos años de prisión, además de cuatro de inhabilitación para su profesión y otros tantos de retirada del permiso de armas, además de diferentes indemnizaciones. La acusación particular, ejercida por la familia ourensana del fallecido, reclama cuatro años de reclusión, eleva a seis años la petición de inhabilitación y de retirada del permiso de armas, y demanda también compensaciones económicas.

Los hechos enjuiciados ocurrieron cuando el fallecido viajaba en un Ford Mondeo a Beasaín, para luego regresar a Ourense a pasar las vacaciones de navidad de 2003 (trabajaba en el País Vasco desde hacía una década) y entre los testigos presenciales se encuentran además de su novia, un hermano y tres compañeros de su empresa, que circulaban delante en un Opel Astra.

El ertzaina acusado de matarlo participaba en un dispositivo policial por un accidente de tráfico ocurrido al otro lado de la carretera, a su paso por Alegia. Según su declaración, descubrió los dos vehículos estacionados en el arcén del sentido contrario y que las personas que viajaban en ellos se comportaban de un modo extraño. El policía recordó que en aquellas fechas la prensa había publicado un comunicado en el que ETA amenazaba a la Ertzaintza, por lo que los agentes habían recibido la indicación de que "extremaran sus medidas de seguridad". Aclaró que, mientras esperaba a que pasaran varios automóviles para terminar de cruzar la mediana, observó que José Atanes intentaba escapar o refugiarse en el interior del Mondeo, actitud que le hizo pensar que se encontraba ante un hecho delictivo. Según el testimonio del policía, cuando llegó a donde estaba la víctima, la agarró por la espalda y la arrastró hasta la zona del maletero del Ford, donde el hombre se revolvió y en el forcejeo se le disparó el arma, sin que él se diera cuenta de lo ocurrido hasta que transcurrieron unos segundos. El procesado recalcó que en aquellos instantes no tenía "ninguna duda" de que se trataba de delincuentes, según Efe, "pero después de lo ocurrido descubrió que no eran terroristas porque el resto de ocupantes bajaron del coche y se dio cuenta de que estaban bebidos".

Por el contrario, la compañera sentimental del fallecido ofreció una versión totalmente distinta de lo ocurrido. La chica explicó que su compañero se bajó para preguntar al conductor del Ford por qué se había parado, momento en el que vio a un ertzaina que llegó gritando y corriendo con una pistola en la mano con la que golpeó al fallecido en la cabeza, lo agarró por detrás y lo llevó hacia el maletero del Mondeo. En este lugar, según el testimonio de la mujer, la víctima se agachó y dijo al agente que "no estaba haciendo nada malo", momento en que el policía le dio un tiro. Es la misma versión que el día del entierro en Gudín, Ourense, el 23 de diciembre de 2003, dio el portavoz familiar, F.J.C.