El encuentro de trabajo entre el alcalde, Jesús Vázquez, y el presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS), Francisco Marín, en la que también estuvo presente el concejal de Infraestructuras y Medio Ambiente, José Araújo, tuvo como objeto avanzar en varios proyectos relacionados con el saneamiento y la limpieza de los ríos, en la mayoría de los casos se trata de necesidades que se fueron demorando en el tiempo.

Uno de los acuerdos alcanzados es la de llevar a pleno varios convenios de colaboración, pero sin concretar fecha, que marcarán el inicio de las actuaciones en las que se tiene previsto invertir en total más de 3,6 millones de euros. Es el caso del proyecto de mejora del saneamiento en el núcleo de Velle, en la periferia de la ciudad, que de esa forma acabará con el vertido de aguas residuales directas al río Miño de una población que ronda los 1.000 vecinos.

Así, se contempla la sustitución del actual sistema de fosas sépticas por uno de depuración, y de esa forma dar respuesta a una demanda vecinal, después de sucesivas demoradas desde 2006, a pesar de contar con presupuesto que contemplaba fondos de la Xunta. La inversión prevista es de 3 millones de euros que asumirán al 50% concello y CHMS.

Actuación necesaria

Las reclamaciones de los vecinos de Velle se convirtieron en los último años en una constante, y ponen de manifiesto que se trata de actuaciones urgentes y necesarias, como así lo reconocía el concello, para resolver el problema, aunque nada se hizo al respecto, por lo que esperan que ahora pueda ser una realidad.

Pero más allá de ese reconocimiento de necesidad y urgencia, la realidad es que un servicio básico como es el saneamiento en Velle no existe, de ahí que las aguas residuales de las viviendas, la práctica totalidad unifamiliares, de los cerca del millar de vecinos que residen en este núcleo, vayan a parar al río Miño, en el entorno del la Central Hidroeléctrica de Velle. Una situación de la que es conocedora la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, no en vano esos vertidos fueron objeto de varios expedientes que finalizaron con la imposición de sanciones económicas al concello.

Así, desde que se firmó un protocolo, en julio de 2016, que luego daba paso a un convenio con anuncio del mismo en septiembre del pasado año, la solución al problema sigue a la espera, aunque en la reunión de trabajo parece despejarse el horizonte, según la versión oficial dada tanto por la Confederación Hidrográfica como por el concello.

Un convenio en el que se plasmará la solución técnica más ventajosa, consistente en la construcción de un colector entre la zona de desagüe de Quintela de Velle y el campo de fútbol de Casixova, que recoja y conduzca las aguas residuales de la zona norte de la parroquia de Velle hasta el bombeo provisto de depósito de almacenamiento de aguas pluviales. Lo recogido en el bombeo se impulsará a través de un colector hasta la red general de saneamiento de Ourense, para conducirlo posteriormente a la nueva depuradora de Reza.