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Parque Avilés de Taramancos, con el primer jardín en vertical de Galicia

La visita del Colegio de Arquitectos levantó gran expectación en la zona, para analizar una de las mejores actuaciones del Plan E

Visita de arquitectos al Parque Avilés de Taramancos. // FdV

El Colegio de Arquitectos de Galicia reconoce el Parque Avilés de Taramancos, diseñado por el ingeniero Carlos Cárcamo y el arquitecto Manuel Requejo, como un claro ejemplo del sistema que "permite generar espacio público, a través de lo privado, saliendo favorecidas ambas partes". El parque Avilés de Taramáncos fue una de las realizaciones más brillantes del Plan E, que ha permitido crear una zona verde con la superficie de compensación (5.300 metros cuadrados) que han cedido los promotores y constructores de los edificios que han levantado en la calle que lleva el nombre del escritor de Noia. Carlos Cárcamo ha aprovechado el desnivel existente entre las dos calles que hay paralelas al río Barbaña para crear "el primer jardín en vertical, curvado, público en Galicia", que integra una laguna que simboliza las inundaciones que ha sufrido el río Barbaña de forma cíclica durante su historia, como la de los años 50, y ha plantado 365 madroños, uno por cada día del año, debido a la gran abundancia de érbedos que había en las riberas del cauce fluvial, a los que debe su nombre la rúa Ervedelo, a pesar de que habían desaparecido todos ellos por el empuje que ha experimentado la construcción en la zona.

Carlos Cárcamo intentó incorporar en el diseño de este parque "aquellos elementos que son un icono de la naturaleza, a la vida habitual de los ciudadanos". Por lo tanto, creó una laguna, con agua bombeada del Barbaña, un río que en la primera parte del siglo XX estaba lleno de vida y en los años 70 se convirtió en una especie de cloaca maloliente, como receptor de todos los colectores de las aguas fecales de los edificios del entorno. Por eso, en un momento determinado, existió un proyecto para recubrirlo con hormigón, algo que el actual presidente de la delegación del Colegio de Arquitectos de Galicia en Ourense, Alberto de Paula, contempla como "un disparate". Pero en lugar de adoptar esa "solución errónea", al final se decantaron por sanear el cauce fluvial, para que incluso pudiera tener patos, por lo que la laguna del jardín cuenta con agua limpia del Barbaña. Pero este logro social "tendrá que mejorarse", mediante la erradicación de algunos vertidos que se mantienen en la actualidad y la ejecución de nuevos proyectos para concluir las sendas peatonales que hay en torno al cauce fluvial hasta Barbadás, "para convertir el Barbaña en el gran pulmón verde de la ciudad", indica Alberto de Paula.

La visita de los arquitectos a la zona levantó una gran expectación, por lo que muchos vecinos se incorporaron al acto para hacerle preguntas al diseñador del espacio, Carlos Cárcamo, y a la arquitecta Chus González sobre la solución que habían adoptado.

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