R. G. L., de 33 años, se conformó ayer con una pena de 8 meses de prisión -sin efecto-, después de que la Policía lo sorprendiera vendiendo hachís el 12 de septiembre de 2016. Le hicieron un seguimiento porque era sospechoso de trapicheo. Vieron cómo se acercaba a un hombre en la calle Ervedelo y le introducía en la chaqueta un envoltorio con 2,77 gramos de hachís a cambio de 13 euros. El acusado llevaba encima otros 2 gramos y 55 euros de otras ventas.