La artroscopia es una técnica que permite la visualización y la intervención quirúrgica sobre una articulación. ¿Y cómo? Se efectúan sobre el área cortes milimétricos para poder introducir una cámara diminuta de fibra óptica y el material necesario para realizar la operación o la extirpación de la parte afectada.

Se trata de un proceso mínimamente invasivo. En el caso concreto de las intervenciones sobre el menisco, la artroscopia hace posible que solamente se tenga que intervenir sobre la parte lesionada, evitando, así, que en muchas ocasiones no se tenga que extraer en su totalidad.

La mayoría de las aplicaciones con esta avanzada técnica se realizan sobre la rodilla, en un 72%, seguido del hombro con un 22%. En los últimos años, ha avanzado considerablemente su uso en articulaciones más complejas como el tobillo, el codo y el pulso. El año pasado se efectuaron en el servicio de traumatología un total de 244 operaciones mediante artroscopia.