La Policía Nacional sigue recabando pistas para dar con el grupo criminal que la madrugada del sábado al domingo, sobre las 3 de la madrugada, forzó la puerta blindada de Muface, en la calle Bedoya, para intentar acceder desde ese entresuelo a un almacén de joyas contiguo. Los delincuentes escaparon al oír la alarma. La que oyeron era la segunda que habían activado.

Una primera alarma silenciosa del almacén de joyería saltó sobre las 3. La central avisó al dueño, este miró por las cámaras y no vio nada sospechoso. Creyó que todo estaba bien. Al parecer, ese sistema se activó porque, al golpear la pared, se cayó una caja. Los ladrones siguieron con el butrón. Los siguientes golpes hicieron caer una impresora, lo que activó una segunda alarma, ya ruidosa. Esta fue la que los hizo desistir. Fuentes consultadas dicen que los ladrones, que podrían pertenecer a una banda itinerante, inutilizaron los cables del ascensor que da a las oficinas.