Se avecina lucha de poder para controlar el aparato provincial del PSOE de Ourense. Los críticos dan la cara y han conformado un frente alternativo cuyo fin es disputar el control orgánico a la cúpula actual, la que conforman el secretario provincial, Raúl Fernández, y la responsable de Organización, María Quintas. Tienen trayectorias y circunstancias diferentes pero a todos los discrepantes los une su oposición a la dirección provincial. Los culpan de causar al partido "un deterioro sin precedentes", de tomar decisiones en exclusiva y de obrar con "medidas personalistas, acaparando el poder orgánico".

La crisis que consume a los socialistas de la provincia desde hace lustros ha subido de tono tras el cese del exportavoz de la Diputación, Nacho Gómez, y del asesor Eladio Osorio, uno de los más activos en la oposición contra Baltar y el PP. Los críticos dicen contar con 19 de los 36 votos de la Ejecutiva Provincial, el máximo órgano directivo, y el respaldo de todos los alcaldes de la provincia menos 3. En un duro comunicado tras una asamblea celebrada ayer en la ciudad, los críticos exigen la dimisión de Fernández y Quintas y la convocatoria de un congreso para designar por primarias a un nuevo líder provincial.

La dirección eludió hacer declaraciones -"ni nos interesa el ruido ni vamos a hablar", dijeron- pero fuentes de la misma censuraron a los discrepantes. Aprecian una "falta grave por atacar al partido y a los órganos elegidos democráticamente por todos los militantes de la provincia". La cúpula sostiene que los contrarios son minoría: "La amplísima mayoría de alcaldes no los apoya ni con su presencia, no tienen mayoría en la Ejecutiva Provincial ni en el Comité Provincial y son 50 personas entre 1.400 afiliados en toda la provincia de Ourense. En definitiva, son unos pocos defendiendo sus intereses y atacando los procesos democráticos que construyeron las actuales estructuras del partido".

Según cálculos de este diario, cerca de medio centenar de militantes y cargos del PSOE de Ourense asistieron a la primera asamblea de la "Dignidade Socialista", una corriente nacida en origen para reclamar un congreso extraordinario tras el cese de Pedro Sánchez y el mandato de abstención por parte del Comité Federal que permitió a Rajoy continuar de presidente. Entre los asistentes destacado a la reunión de ayer estaba la diputada Rocío de Frutos, que pertenece al grupo de congresistas díscolos multados por su "no" en la investidura.

En el bando de los críticos están la parlamentaria Noela Blanco y la ejecutiva local de la ciudad, con los concejales José Ángel Vázquez Barquero y Carmen Dacosta -la secretaria de la agrupación- al frente. En la asamblea había integrantes de otras agrupaciones como el alcalde de Ribadavia y exportavoz en la Diputación, Ignacio Gómez, o el regidor de Carballeda de Avia, Luis Milia, uno de los más posicionados contra la dirección provincial. También figuran entre los discrepantes Bibiana Iglesias, integrante de la gestora del PSdeG, y Eva Maldonado, afiliada en la capital e impulsora de una recogida de firmas para convocar un congreso extraordinario a nivel federal.

El movimiento "Dignidade Socialista Ourense" carga las tintas contra los dos referentes del sector "pachista", al que muchos de los críticos pertenecían hace años. La corriente sitúa enfrente al PP y sus "políticas caciquiles", pero también a Fernández y Quintas. La asamblea acordó ayer crear "una coordinadora que dinamice la vida política de la organización y de las comarcas, profundizando en la oposición al PP". En la práctica, actuará como un contrapoder a la dirección del PSOE de Ourense. Según los críticos, la intención es "suplir la falta de acción de la secretaría provincial, obligando a que funcionen todos los órganos del partido con arreglo a las normas democráticas establecidas".

Los discrepantes reprochan Fernández y Quintas, los dos muy próximos al exsecretario xeral del PSdeG, Pachi Vázquez, que "tomen ellos solos las grandes decisiones, sin contar con la Ejecutiva Provincial y los demás órganos". Según denuncian, "la militancia no comparte las decisiones de acaparar el poder orgánico, con medidas personalistas" como el cambio del portavoz en la Diputación.

El movimiento alternativo en el PSOE ourensano anuncia que será "beligerante": "No permitiremos operaciones de interés personal que hagan un grave daño al partido y a quienes defendemos las ideas socialistas, como concejales en la oposición o las Alcaldías". Los críticos trabajan "para hacer una alternativa al secretario provincial y su equipo, que es responsable de un deterioro del partido sin precedentes". Los opositores piden a María Quintas y Raúl Fernández que renuncien: "El mejor servicio que pueden prestar al PSOE es dimitir y convocar ya la elección de un nuevo secretario provincial por el voto de los militantes en primarias, y un congreso que renueve el proyecto socialista".

Acto del portavoz provincial

Mientras los críticos se reunían ayer en la sede de Ourense, el nuevo portavoz socialista en la Diputación, Francisco Fraga (próximo a la cúpula provincial) protagonizaba un acto con el alcalde de O Carballiño, Francisco Fumega, y portavoces de la comarca, una de las más fieles al sector "pachista". El diputado y exregidor de Piñor declinó hacer valoraciones de la crisis orgánica. "A nosa única preocupación é a mellora das condicións de vida da xente de toda a provincia e traballar a reo para conseguilo", dijo al respecto. El motivo de la visita era conocer las necesidades y quejas de vecinos y usuarios sobre el estado de las carreteras de la zona de titularidad provincial.