El empresario ourensano Adolfo Domínguez presidió ayer en Ourense la junta general de accionistas que, entre otros acuerdos, respaldó el nombramiento del exejecutivo de Inditex, Costas Antimissaris, como nuevo consejero de la compañía. El grupo apoya así una propuesta del consejo de administración que entrega al que fue el primer director general de Zara España, las principales responsabilidades ejecutivas de la empresa.

También recibió el apoyo de la junta el nombramiento de los consejeros independientes Luis Caramés, catedrático de Economía Aplicada; Fuencisla Clemares, directora comercial y líder de iniciativa de movilidad de Google España, y Juan Antonio Chaparro, directivo del grupo Esprit.

Esta renovación en la cúpula del grupo empresarial presidido por Adolfo Domínguez se produce en un momento en el que la compañía afronta una caída del 7% en las ventas y un ajuste en los puntos de comercialización, con el cierre de 35 tiendas el año pasado.

El diseñador atribuye este dato al retraso en la entrega de la mercancía y a unas condiciones climatológicas "peculiares, con un invierno muy cálido" que se habrían traducido en una importante reducción de las ventas de abrigos que tradicionalmente aportan un valor relevante al grupo.

El presidente del grupo empresarial ha advertido a los accionistas que tienen antes ellos un "desafío importante" para la mejora de algunos indicadores financieros. Para ello, señala Domínguez, "continuaremos ajustando la inversión y los gastos a la estructura actual de la organización".

Es el principal reto al que se enfrenta Costas Antimissaris, cuya trayectoria dentro del sector de la moda a nivel internacional ha sido valorada por la junta general de accionistas a la hora de respaldar ayer su nombramiento. El nuevo consejero ejecutivo se mostró "muy satisfecho" por este apoyo y manifestó su deseo de unirse a este equipo de "excelentes profesionales" para "avanzar de manera progresiva hacia una mejora de los resultados económicos y consolidar a Adolfo Domínguez como una de las empresas más relevantes a nivel internacional".

Costas Antimissaris ocupa el puesto de Estanislao Carpio Martínez, que dimitió de su cargo el pasado 13 de julio. El grupo Adolfo Domínguez ha elegido a este especialista en moda y desarrollo de negocio "para reforzar la oferta diferencial de la firma gallega y su posicionamiento en los distintos mercados nacionales e internacionales".

De hecho, Antimissaris fue uno de los responsables de Inditex entre 2007 y 2011, primero como director general de Zara España y más tarde como director gerente de Uterqüe. Desde febrero de 2014 ha sido director de desarrollo de negocio internacional de Marks & Spencer, y uno de los artífices del proceso de redefinición y reposicionamiento de la firma británica.

En su dilatada trayectoria profesional en el ámbito de las empresas de diseño y distribución textil, entre 1998 y 2007 fue director general del Grupo Inditex en Grecia, cargo que compaginó con las direcciones de Austria, República Checa y Hungría entre 2002 y 2005.

Aprobación de las cuentas

Los accionistas también aprobaron ayer las cuentas de 2015 y la renovación de los actuales miembros del consejo de administración. Según se refleja en los datos económicos, tras varios años de números rojos, el ejercicio se cerró con un neto positivo de 7,7 millones de euros y un activo total de 112,52 millones. Este balance incluye el beneficio generado por la venta de la tienda ubicada en el Paseo de Gracia de Barcelona que tuvo como fin principal la reducción del endeudamiento financiero en 21,5 millones. Tras esta operación, indica Adolfo Domínguez, la posición financiera neta alcanzó 19 millones, "lo que robustece nuestra solvencia y nos permite proseguir sin las tensiones financieras del pasado". Este bajo nivel de endeudamiento le permite vislumbrar un futuro "con tranquilidad".

En este sentido, el empresario ha dirigido una carta a los accionistas en la que pide el "esfuerzo" de todos ellos, así como de la dirección y los trabajadores para "hacer posible" el regreso a la senda de los beneficios.

Según los datos incorporados al informe anual de Adolfo Domínguez, el Ebitda, esto es, el beneficio bruto de explotación calculado antes de la deducibilidad de los gastos financieros, fue de -11,3 millones de euros frente a los 0,8 millones obtenidos durante el ejercicio anterior. Este retroceso, indica dicho documento, se debe tanto al descenso de ventas en tiendas como al cierre de comercios, especialmente franquicias que no eran viables. También incluye los 2,8 millones de euros de gastos de reestructuración en los que incurrió el grupo "debidos fundamentalmente al ERE del primer semestre".