La Guardia Civil de Tráfico está inmersa en una campaña intensiva de control de velocidad que comenzó el lunes y se prolonga hasta este domingo, coincidiendo con el retorno de vacaciones de los últimos veraneantes de agosto. En la provincia de Ourense, el foco está puesto en su vías de alta capacidad. Las vigilancias de los últimos días han detectado infracciones.

Ayer por la mañana, en un control masivo que duró apenas 2 horas, Tráfico sorprendió a medio centenar de conductores que circulaban a más velocidad de la debida en la autovía A-75, la que conecta Verín con Chaves. El radar se instaló en el punto kilómetro 3, sentido Ourense. Cayeron automovilistas procedentes de Portugal, en pleno viaje de regreso de sus vacaciones a otros países de Europa, en los que residen emigrados.

Según informó la Guardia Civil de Tráfico, la velocidad más alta detectada en el control de ayer en la A-75 fue de 166 km/h. El infractor fue un conductor de origen luxemburgués. Todos los conductores extranjeros están obligados a abonar la sanción en al acto para poder continuar la marcha. En caso contrario, el vehículo es inmovilizado y queda en depósito. El pronto pago permite a los infractores beneficiarse de una rebaja de la multa de un 50 %, a cambio de que la sanción sea firme y no quepa ya la posibilidad de alegaciones.

Tras hacer balance del control intensivo en Verín, la Guardia Civil de Tráfico subrayó ayer "la importancia de respetar los limites de velocidad en todas las vías".

Parado porque superó el límite

La vigilancia de la velocidad en esta semana de controles intensivos también repara en cualquier otra infracción de la norma de seguridad vial. Este miércoles por la tarde, agentes del Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Ourense sorprendieron a un conductor que circulaba por la autovía de as Rías Baixas, la A-52, en sentido Benavente. Le dieron el alto en un control establecido en el término municipal de Toén para informarle de una sanción tras haber excedido el límite de velocidad.

Los guardias descubrieron que el conductor, un joven de 21 años de edad con domicilio en la ciudad francesa de Burdeos, carecía de permiso de conducir porque no lo había obtenido nunca, lo que constituye un delito contra la seguridad del tráfico. Los agentes del instituto armado lo pusieron a disposición de la justicia.