La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil entró en el club "Dorado Plaza" de O Barco de Valdeorras la noche del 18 al 19 de julio. El prostíbulo fue el infierno de explotación sexual de 5 menores de edad, de 16 a 17 años, captadas en Huelva con la falsa promesa de un trabajo muy bien remunerado -hasta 5.000 euros al mes- en el sector de la hostelería de la noche madrileña. Jóvenes veinteañeros conocidos las captaron y las niñas no descubrieron el engaño hasta que se vieron atrapadas. Una sufrió un abuso sexual, según los investigadores. Dos de los nueve detenidos de esta red de corrupción de menores y proxenetismo son dos ourensanos que regentaban el local de alterne en calidad de propietario y gerente: B. H. P., de 50 anos de edad, y J. L. L. L., de 34, ambos vecinos de O Barco de Valdeorras. El juzgado ordenó su ingreso preventivo en el cárcel, el mismo destino que para otros 3 implicados en la trama, con ramificaciones en Huelva y Madrid, además de Ourense.

En el club se encontraron diversas sustancias, ya preparadas en dosis -algunas ocultas en un compartimento-, así como útiles para la manipulación y distribución. Presuntamente, las sustancias eran administradas a las víctimas para vencer su resistencia a mantener relaciones sexuales. También eran para los propios clientes, según la Guardia Civil. Además, durante el registro practicado la noche del 18 al 19 de julio, los agentes de la UCO encontraron en una de las habitaciones del prostíbulo a un niño de 8 años de edad que se encontraba oculto para no ser descubierto por la Guardia Civl. El menores es hijo de uno de los dueños y de una limpiadora. Mientras su madre trabajaba el crío pasaba allí las horas.

Una logró un móvil y alertó

La investigación comenzó el pasado mes de abril. Una de las menores logró tener acceso a un teléfono móvil -los captadores les habían quitado los suyos, así como la documentación- y alertó de los hechos a su padre. El Grupo de Trata de Seres Humanos de la UCO se hizo cargo del caso y bautizó la operación como "Simpático", en alusión al presunto cabecilla de la red, un empresario de la noche que cultivaba una buena imagen en las redes sociales. Nada más lejos de la realidad de los hechos.

Los detenidos tienen la categoría de grupo criminal. Se les imputan presuntos delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, contra la salud pública, corrupción de menores, así como agresión sexual. Los nueve investigados son de nacionalidad española. Uno de ellos es un conocido empresario de la construcción con inversiones en Bulgaria.

La investigación ha sido dirigida por el juzgado de Instrucción Número 3 de La Palma del Condado, en la provincia de Huelva. El grupo de Trata de Seres Humanos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil contó con el apoyo en la investigación de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Huelva. Asimismo, apoyaron las distintas unidades de la Guardia Civil de las zonas de actuación, como la Policía Judicial de Ourense, así como del Servicio Cinológico de la Guardia Civil y la USECIC de la Comandancia de Madrid, además de la intervención de personal de la Unidad Técnica de Policía Judicial. Los agentes llevaron a cabo un total de 3 registros, el del club de alterne de O Barco de Valdeorras y el de dos domicilios. En las viviendas se intervino un arma de fuego, 30.000 euros en efectivo, varias cantidades de sustancias estupefacientes y diversa documentación, tanto en soporte papel como digital, que está siendo analizada.

Los encargados de la captación de las menores, residentes en Madrid, eran muy próximos a sus círculos de amistades. Dos veinteañeros adictos a las drogas y que conocían a las menores de tratar con ellas en anteriores veranos las convencían con la falsa promesa de un empleo. Durante el viaje de las menores desde su lugar de residencia hasta un piso situado en Madrid, los miembros de la red les retiraban la documentación y sus teléfonos móviles, si bien, una de ellas logró esconder su teléfono y en un descuido de sus captadores pudo dar el primer aviso a su familia. Tras pasar varios días en el piso de Madrid con sus captadores, las menores, eran trasladadas al prostíbulo ourensano. Una de las víctimas fue presuntamente agredida sexualmente por uno de los investigados. En la operación se ha intervenido un vehículo de alta gama que la organización usaba para los traslados de las víctimas.