El ourensano Alfonso Palomares, responsable de la agencia EFE durante 10 años, cuando la precariedad del periodismo era menor, se granjeó predicamento dentro y fuera de España. Entrevistó a líderes como su amigo Felipe González, Fidel Castro, Willy Brandt o Ben Bella. Cada mañana, hacía una ronda de llamadas con los corresponsales que cubrían el mundo "para darles ánimos". Cuando unos 80 plumillas en prácticas desembarcaban en el verano, los recibía con un consejo redondo: "escribid siempre cerca del punto final, guardad la lírica para hacer poesías", ya que "bajo las balas de Beirut, imagínate, hay que redactar o dictar lo más rápido posible".

Centrado en la literatura, la pulsión del periodista nunca se apaga. "Me tentaría cubrir el Londres del Brexit o algunos países africanos, como Ruanda o Sudán, tanto el Norte como el Sur, pero estas tentaciones ya son solo eso". Palomares ejercita el oficio en las columnas que publica en Tiempo. La entrevista por su novela sobre el 60 coincidió con la resaca del 26-J y las grabaciones al ministro del Interior, Fernández Díaz. "Personajes singulares y dogmáticas habrá siempre, la cuestión es poder criticarlos. La democracia no produce santos".