La demografía hipoteca el futuro de la provincia de Ourense, agostada por un retroceso de su población que es su mal endémico. La estadística debilita el optimismo. En la última década, el censo de habitantes cayó en 17.000 personas, hasta un total inferior a las 319.000. Por cada niño o adolescente menor de 14 años, hay tres mayores de 65 (97.000 residentes superan esta edad). En la provincia hay 146 núcleos con empadronamiento 0 y en otros 188 solo viven 1 o 2 vecinos. Ourense tiene la menor tasa de población activa de todo el Estado y, según un estudio de la Fundación Adecco, es el territorio más envejecido de España. El último dato se conoció ayer y mantiene la constante. En 2015, la provincia perdió casi 2.800 vecinos por la baja natalidad. Vinieron al mundo 1.820 bebés pero los entierros superaron a los partos con crece: hubo 4.614 muertes. El político indio Mahatma Gandhi entendía que "el nacimiento y la muerte no son dos estados distintos, sino dos aspectos del mismo estado". En Ourense, su desequilibrio es abismal.

La totalidad de los 92 concellos registró un número de defunciones que multiplicó al de los alumbramientos. Las villas, las cabeceras de comarca y las aldeas pierden vecinos sin pausa. Tampoco la capital se libró del retroceso: nacieron 814 niños, pero el número de defunciones fue de 1.207 personas, según los datos provisionales sobre el año 2015 publicados ayer por el Instituto Galego de Estatística (IGE).

En 12 concellos, solo 1 bebé

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El saldo vegetativo no fue positivo ni siquiera en municipios con edad media más joven y un mercado inmobiliario pujante antes de la crisis, como Barbadás (-7). Ni un parto pudieron celebrar en tres concellos de la provincia de marcado perfil rural; en O Irixo, Parada do Sil y O Bolo no nació nadie. Y en otra docena de ayuntamientos, el 13 % del total del territorio ourensano, solo hubo un nacimiento entre enero y diciembre de 2015: Lobeira, Beariz, Rairiz de Veiga, Sandiás, Pontedeva, Quintela de Leirado, Verea, San Xoán de Río, Larouco, Petín, Vilardevós y A Gudiña.

Desde 1980, Ourense tiene más muertes que nacimientos sin interrupción, con una diferencia que se acrecienta año a año. El pasado, con -2.794 en el balance entre alumbramientos y defunciones, fue el segundo peor en este periodo de más de tres décadas, tras 2012, con -2.798. "La crisis económica agudizó la demográfica. La falta de empleo y de un futuro claro para la provincia hace que la población se encoja. La incertidumbre no ayuda", valora Alberto Saco, profesor de Ciencias de la Educación, en el Campus de Ourense, y experto en movimientos demográficos.

Dos administraciones distintas brindan apoyos en Ourense contra la baja natalidad, con ayudas para productos básicos y de higiene infantil a las familias que este 2016 den a luz o adopten. La Xunta ofrece 1.200 euros repartidos en 12 mensualidades a través de la tarjeta "Benvida". Para el mismo tipo de compras, la Diputación contribuye con su tarjeta "ChegOU", una subvención única de 300 euros para los progenitores que tengan un hijo o adopten en 2016. Hasta la fecha, 620 padres y madres han tramitado la solicitud de esta ayuda. La administración provincial ya ha resuelto a favor 522.