Los calores, más allá de los climáticos, también se dejaron sentir ayer, en este caso críticas que dejaron patentes un grupo de personas que acudieron a las pozas termales en la zona de O Muíño da Veiga, a donde acuden habitualmente.
Sus protestas se centraban en el estado de las pozas: "sin limpiar, llenas de lodo", y con el agravante de que "es imposible meterse", debido a que no había ninguna persona para accionar el mecanismo del agua fría.
Y aunque su entorno se fue mejorando, otra de las quejas están relacionadas con el acceso a ese enclave termal, que según comentaba una mujer de visita casi diaria, "parece que son de tercera", en alusión a la de A Chavasqueira y las de Outariz.
Su malestar fue aumentando durante la mañana, ya que no sabían a quién dirigir sus quejas, aunque decían tener claro que el responsable directo es el Concello. Así, no dudaron en cuestionar lo de Ourense ciudad europea termal. Para esas personas, y tal como está el espacio de O Muíño es una "gran mentira".