En la provincia de Ourense las personas mayores son el principal colectivo; casi un tercio de la población total (hay 97.000 residentes que superan los 65 sobre un censo total de 319.000 habitantes, según los datos de 2015 del Instituto Galego de Estatística). La esperanza de vida aumenta, pero las expectativas demográficas son peores. Este territorio perdió en un año más de 2.500 habitantes como resultado de la baja natalidad y los 92 municipios registraron un número de fallecimientos que multiplica el de los nuevos vecinos que vienen al mundo; en el 100% de los concellos el saldo vegetativo es negativo, según los datos más actualizados (2014) del IGE, hasta el punto de que en 18 municipios ourensanos -uno de cada cinco- solo hubo un alumbramiento en un año. La tendencia demográfica encuentra reflejo hasta en los actos burocráticos. Según datos del registro civil de Ourense, por cada inscripción de nacimiento hay más de dos defunciones registradas.

En el año 2015, de acuerdo a esos números, se inscribieron un total de 2.664 defunciones -2.577 calificadas como ordinarias, 86 judiciales y 21 de personas extranjeras-, un dato que contrasta con los 1.107 nacimientos inscritos.

El desequilibrio vegetativo se constata viendo la tendencia de los últimos años. En el lustro de 2011 a 2015 los ourensanos anotaron en el registro civil 12.719 fallecimientos, mientras que el total de alumbramientos inscritos en el mismo periodo fue de 6.419, la mitad. El número de muertes aumentó con respecto a 2011, mientras que las inscripciones de nacimientos de 2015 son la cifra más baja del último lustro.

Un 30% de bebés, extranjeros

Los datos también indican que el 30% de los nacimientos en el últimos año fueron de extranjeros y que 19 mujeres optaron por dar a luz en su domicilio. Las inscripciones de foráneos han variado en los últimos años, con un máximo de 829 en 2013, año en el que los nacimientos de personas con origen en otro país supusieron la mitad de los registrados.

Entre las inscripciones principales, según la actividad del registro civil, se encuentran también las gestiones para adquisición de la nacionalidad española, con 182 expedientes tramitados en 2015.

El balance de matrimonios y rupturas también pasa por la oficina del registro civil. En el año 2015 se inscribieron 275 enlaces, más que la suma de separaciones (10) y divorcios (187) registrados. Uno de cada tres casamientos, un total de 95, se celebraron por la vía civil, en el ayuntamiento, mientras que 65 parejas lo hicieron por la iglesia. La mayoría (106) son cónyuges tras ir al Registro Civil, una opción que no impide hacer la celebración en la casa consistorial. Unirse es un trámite que vigila la Fiscalía y autoriza una juez para evitar enlaces de conveniencia. El año pasado hubo 46 de extranjeros.

Contra la privatización

Los funcionarios y los sindicatos se movilizaron en 2015, llevando a cabo protestas y recogidas de firmas, ante el amago de reforma de privatización de la oficina, lo que hizo temer al sector que la gratuidad del servicio pudiera verse comprometida. La agenda legislativa del próximo Ejecutivo central definirá si el proyecto se recupera. Lo cierto es que, en la breve legislatura posterior a las elecciones de diciembre, el pasado mes de abril, el PSOE llevó al Senado una moción para que la Comisión de Justicia de la Cámara Alta instase al Gobierno a adoptar las medidas legislativas para que el registro civil siga siendo "un servicio público y gratuito cercano a los ciudadanos", para que "se blinde" tal y como está concebido, "ajeno a cualquier pretensión de privatización", y con la intención de "proteger directa o indirectamente del uso de los datos de los ciudadanos".