Un vecino de O Carballiño acusa al alcalde, Francisco Fumega (PSdeG-PSOE), de supuestas coacciones porque, según su versión, lo ha presionado para que aceptara una herencia como condición de que su taller de chapa y pintura pudiera contar con una licencia. La denuncia fue presentada el miércoles de esta semana, 1 de junio, en la sede del partido judicial que se encontraba de guardia, Instrucción Número 1 de O Carballiño. Fuentes judiciales han confirmado que ha sido admitida a trámite. El juzgado no aún ha acordado diligencias. El alcalde, consultado ayer por este diario, defiende que obró según la legalidad. "Es un taller que carece de licencia y se precinta siguiendo los informes favorables de los técnicos", negando además ninguna coacción en las conversaciones con el particular.

En su escrito, el particular hace referencia a varios documentos que ilustran los hechos denunciados y pide el interrogatorio del regidor. El denunciante asegura contar con varios testigos que acreditarían las supuestas coacciones. Tres de ellos son su progenitor, coheredero, y dos hermanas. También propone al juzgado que llame a declarar con la misma condición a un arquitecto municipal, a una auxiliar administrativa y a otro hombre que supuestamente estaba presente en una conversación entre el denunciante y el regidor carballinés.

Según el escrito de denuncia del particular, en 2014, los herederos de una comunidad hereditaria denunciaron al Concello que el padre del denunciante y la empresa carecía de permisos para ejercer la actividad. En noviembre, los primeros, familiares en litigio por no estar de acuerdo con la partición, presentaron denuncia contra el progenitor para que reconociera los hechos y partiera la herencia.

La chapistería cambió de titularidad con la jubilación del padre y el ayuntamiento, aún gobernado por el PP, dio licencia de acometida a la red de saneamiento y autorizó ese traspaso. Los parientes reiteraron al concello que negara la licencia. Tras el cambio de color político, en junio de 2015 el particular asegura que el alcalde lo citó en su despacho para que, supuestamente, arreglara la herencia. Delante de una de sus hermanas le habría dicho verbalmente que ya no tenían licencia. Según dice, en julio, Fumega volvió a comunicárselo tras explicar que lo estaban presionando para que cerrara el taller. En esa conversación, según el vecino, estaba presente un testigo. En noviembre, habría habido una tercera reunión a instancias del regidor. En enero de este año "todo cambia y se acelera", dice el particular, hasta el precinto del taller por parte de la Policía Local por carecer de licencia. Según el particular pidió permiso de actividad pero no se la han concedido, pese a varias reuniones con el alcalde en los que supuestamente siempre le repetía que "primero tenía que arreglar lo de la herencia si quería la licencia", de modo que influyera en su padre. En mayo, la Policía Local precintó la cabina de pintura.

El particular pide una fianza de 30.000 euros, quejándose de daños morales y el quebranto económico a la actividad de su taller.