La instrucción que comenzó en octubre de 2013, con una autoría aparentemente clara, se está demorando. El homicidio del exfarmacéutico Tomás Milia, acuchillado a los 72 años en su céntrico piso de Ourense por un joven rumano, tardará aún unos meses en llegar a juicio porque la prueba final para cerrar el sumario, una pericial psiquiátrica del acusado, no ha podido realizarse de momento.

El juzgado de Instrucción 1 de Ourense es el órgano que estaba de guardia en el momento de los hechos y llevó a cabo la fase de investigación. El magistrado, Leonardo Álvarez, cerró el sumario en dos ocasiones, pero la Audiencia Provincial lo obligó a reabrirlo tras autorizar diligencias de las partes. La última decisión del tribunal fue la de acordar el reconocimiento psiquiátrico del procesado, Alexandru Marius Luca, de 21 años, por parte de dos expertos. La prueba no ha podido materializarse de momento, a causa de un error.

El joven rumano está preso en el centro penitenciario de Teixeiro, en A Coruña. Instrucción 1 de Ourense remitió un exhorto al partido judicial de referencia para la prisión, el de Betanzos, con el objetivo de que la sede efectuara el trámite para el examen de Marius Luca. Fuentes del procedimiento explican que el juzgado introdujo un nombre distinto al del acusado, aunque parecido. La búsqueda arrojó resultados que nada tenían que ver con un preso internado en Teixeiro. Aparecían, según las mismas fuentes, tres encausados de distintas partes de España, todos ya en situación de libertad.

La confusión no invalida la práctica de la prueba pero añade un nuevo retraso a la causa. Ha habido que repetir el exhorto a Betanzos para que, esta vez, el trámite termine correctamente.

La solicitud de la evaluación psiquiátrica fue autorizada a instancias de la defensa, ejercida por el letrado Eduardo Mazaira. La parte, que solicitará la libre absolución, al sostener que el joven rumano no fue el autor del crimen, tiene además la intención de demostrar que Luca no controla sus impulsos.

El joven rumano está procesado por cuatro presuntos delitos: homicidio o asesinato en concurso con un robo con violencia, incendio y atentado a agentes de la autoridad, una serie de acusaciones que podrían acarrearle una elevada condena, de más de 30 años de cárcel.

Es el único imputado en todo el proceso, después de ser detenido horas más tarde del crimen, tras una primera huida de la Policía. Marius Luca acuchilló presuntamente al exfarmacéutico, tras una discusión por el dinero de una relación sexual contratada. Según la instrucción, el rumano asestó a Milia dos puñaladas en el cuello y otra más en el vientre. Acto seguido, presuntamente, introdujo el cuerpo en la bañera, donde lo roció con lejía.

Cuando abandonó por primera vez el piso de Curros Enríquez de la víctima, justo después del homicidio, unos policías vieron que llevaba una colección de relojes que pertenecían la víctima. Arrolló a uno de ellos con su coche. Fue detenido porque volvió a la escena del crimen, horas más tarde, presuntamente con la intención de eliminar pruebas. Después de prender fuego en el piso a las 5,30 de la madrugada, cerró con llave y fue detenido por la Policía Local en las inmediaciones. Llevaba prendas ensangrentadas así como unos cuchillos.

El sospechoso confesó el crimen a la Policía Nacional, según la versión facilitada entonces por las autoridades; aunque en el paso a disposición del juez el encausado se acogió a su derecho a no declarar. La pericial psiquiátrica es un intento de la defensa por atenuar la posible condena. El abogado sostiene que Marius acudió al piso para mantener una relación sexual, pero no cometió el crimen. Su primera confesión, según el letrado, no basta como prueba y se trató de una mentira por razones que concretará el día del juicio.