Sergio L, de origen ucraniano y juzgado ayer en Ourense por un presunto delito de blanqueo a través del sistema de "phishing", se declaró "víctima" del compatriota al que había dado los datos de su cuenta para que le realizase una transferencia, supuestamente, para comprar un automóvil en España y venderlo en Ucrania.

El 'phishing' es un delito informático que consiste en la suplantación de la identidad de la víctima con la intención de hacerse con información confidencial o datos sobre sus cuentas bancarias y, de este modo, obtener dinero.

Los hechos juzgados tuvieron lugar el 4 de febrero de 2015, cuando la denunciante entró a través de internet en su número de cuenta del Banco Sabadell y recibió un mensaje en el que se le informaba de que había recibido una transferencia por importe de 5.450 euros y que tendría su cuenta bloqueada hasta que procediese a la devolución de este dinero.

Aunque la mujer se puso en contacto con su banco y éste le señaló que no aparecía esa transferencia, procedió a la devolución de la cantidad. Al día siguiente, cuando volvió a consultar sus datos bancarios por internet comprobó que le faltaba ese importe. Al llamar a la entidad bancaria le informaron de que no había realizado una devolución, sino una transferencia.

Engañada, la denunciante había transferido el dinero a una cuenta de la Caja Laboral Popular de Zaragoza, a nombre del acusado, que ya lo había retirado. "Lo reconozco, pero no lo he hecho yo", dijo el acusado, al inicio del juicio.

Durante su declaración en la Audiencia Provincial de Ourense, el ucraniano sostuvo que pensaba que el dinero era un ingreso de un compatriota llamado Alex y del que no pudo precisar más datos al margen de que le había conocido en un bar al que acudían ciudadanos rusos y ucranianos.

Según el acusado, esta persona le había solicitado información de su cuenta para ingresarle dinero, con el que comprar un coche en España para después revenderlo en su país. El motivo para pedirle esta información, según el acusado, había sido para no pagar comisiones.

Por la colaboración, el tercero le prometió 200 euros. A Sergio L., esta petición le pareció "rara". Los agentes de la Policía encargados de la investigación calificaron al acusado como la "mula" (la persona que recibe el ingreso) de un caso de 'phishing' y que, como tal, era "consciente de que este dinero no tenía un origen lícito". Este tipo de delitos se ha disparado en los últimos años. Los agentes subrayaron que es habitual que las tramas se valgan de terceras personas para llevar a cabo estos delitos para que no se pueda rastrear el destino del dinero.

La defensa pidió la "libre absolución" del acusado, insistiendo en que "el verdadero artífice del delito de estafa informática" fue el compatriota, y que su defendido "creía" que el dinero "procedía de una actividad lícita". No tendría sentido cobrar una comisión "tan irrisoria", adujo. En el caso de que su petición no sea estimada, pide la alternativa de estafa, no de blanqueo.

En cambio, la fiscal ve "suficientemente probado" que el acusado permitió a otra persona ingresarle 5.450 euros para entregarlos a un tercero a cambio de una comisión, "a sabiendas de que el dinero procedía de una actividad ilícita". El ministerio público mantuvo los cargos. Pide 10 meses de prisión y una multa de 16.350 euros, con 6 meses de prisión en el caso de impago.