Un conductor de Viana do Bolo ha sido condenado a tres años de prisión por los delitos de atentado y lesiones contra agentes de la Guardia Civil, así como a indemnizarlos con 5.600 euros, por un altercado en un control de alcoholemia en octubre de 2011. La juez del Penal 1 da por válida la versión de los agentes del destacamento de Verín, a los que el hombre acusó de sendos delitos contra la integridad moral. Alegó que lo habían tratado de forma "abusiva y degradante". El testimonio de los cuatro testigos, (entre ellos su esposa, un hermano y un policía nacional amigo de este), que aseguraron haber visto como los agentes le propinaban puñetazos, fue puesto en cuestión tanto por el Ministerio Fiscal como por el Abogado del Estado. Ambas partes pidieron que se dedujese testimonio respecto a sus declaraciones por un posible delito de falso testimonio. La juez ha accedido a la vista de las "palmarias contradicciones" en las que incurren. Sobre todo porque los golpes que supuestamente habría recibido el conductor no coinciden con el parte de lesiones derivado del examen médico que se le practicó con posterioridad a la reyerta.
El conductor intentó huir a pie de un control de alcoholemia y fue reducido por los agentes. Se resistió de forma violenta y fueron necesarios cuatro agentes para ponerle los grilletes. Dos de ellos sufrieron lesiones. Las del conductor, dice la juez, son compatibles con la resistencia que opuso.
