El asesino de Isabel Fuentes ha regresado a la prisión ourensana de Pereiro. En junio de este año fue trasladado a la cárcel de A Lama (Pontevedra), que cuenta con mejores instalaciones médicas y era más adecuada para su estancia, dadas las secuelas del ictus que sufrió tras cometer el crimen de su mujer en el hospital de Ourense. Aniceto Rodríguez Caneiro está de vuelta en Pereiro y el motivo es que va a ser examinado a fondo por el servicio forense provincial. Durante dos días, dos médicos y un psicólogo le realizarán diversas pruebas y exámenes con el objetivo de determinar si está en condiciones de ser juzgado por el crimen de su mujer. La consulta se presenta como una acción clave para la imputabilidad del homicida.

Los expertos evaluarán sus capacidades cognitivas y el estado de su memoria después del accidente cerebrovascular. Básicamente, según las fuentes, si es capaz de entender el proceso penal en el que está inmerso y sus consecuencias. Los forenses incluirán en su informe el diagnóstico de sus capacidades antes, durante y después del asesinato.

La evaluación regresa así al Instituto de Medicina Legal (Imelga), después de que los exámenes del Sergas confirmaran que el ictus que el homicida sufrió tras el crimen pudo afectarle a la memoria. Cuando la magistrada intentó recabar en septiembre la versión del asesino de Isabel Fuentes, el acto tuvo que suspenderse porque no recordaba nada de los hechos y se mostraba indispuesto.

Desde entonces, la juez de Violencia de Género de Verín -la misma que no halló motivos para centrar en él las sospechas tras un primer ataque a la víctima, en el domicilio conyugal- está requiriendo informes para dilucidar si Aniceto Rodríguez se encuentra en condiciones para ser juzgado por un delito de asesinato y otro posible de tentativa.

El Imelga ya examinó al imputado en el centro penitenciario de A Lama (Pontevedra). No descartaron que sufriera lagunas e memoria. Después de matar presuntamente a su mujer a cuchilladas, sufrió un ictus por el que permaneció ingresado casi un mes en el mismo servicio donde estuvo atendida la víctima. El accidente cerebrovascular era compatible, dijeron, con no recordar.

En ese primer dictamen no fueron categóricos. Le siguieron reconocimientos, análisis del historial y evaluaciones por parte de médicos del Sergas. Coincidieron en el diagnóstico. Además de secuelas físicas, según los facultativos Aniceto Rodríguez podría tener la memoria afectada por causa del ictus. El Imelga de Ourense tendrá, ahora sí, un papel casi definitivo, aunque sin perjuicio de que alguna de las partes pida una segunda opinión médica.

El crimen consumado y el ataque previo, cometido un mes antes en el domicilio conyugal de Verín, se tramitan de momento en procedimientos penales separados. La acusación particular sostiene que la juez ocultó a la Fiscalía el atestado del primer episodio y, por tanto, el "peligro" que sufría la mujer. Recurre al CGPJ contra el archivo del expediente disciplinario.