Es un grupo de élite de la Guardia Civil que acumula éxitos en la resolución de crímenes y casos complejos. Actúan en silencio, con las máximas reservas y midiendo cada paso. Detuvieron al homicida de la joven Montserrat Martínez 9 años más tarde, a la familia y al sicario implicados en el asesinato por celos y dinero de un chófer de Verín, y también consiguieron la confesión de los dos hermanos de Petín que esperan juicio por matar al holandés Martin Verfondern y ocultar su coche y su cadáver. Desde marzo, el quebradero de cabeza de esta unidad, formada por cinco policías judiciales, es otro: atrapar al autor o autores de la muerte a golpes de don Adolfo Enríquez y localizar la Virxe do Cristal, una imagen singular, única por su tamaño y su valor religioso, y que el apreciado sacerdote custodió hasta las últimas consecuencias.

El párroco falleció durante el asalto a la casa rectoral de Vilanova dos Infantes, la noche del 9 al 10 de marzo. El día siguiente, su cuerpo apareció en un pajar anexo, que estaba cerrado, con signos de violencia. Se cree que murió por los golpes infligidos por el autor o autores. Siete meses después de los hechos, la unidad de delitos contra las personas ha estrechado el círculo. Nada concreto trasciende por el bien de la investigación y el secreto sumarial, pero los investigadores tienen esperanzas en que este asesinato también se resolverá.

El jefe de la Comandancia, teniente coronel Manuel Javier Novo Colldefors, trajo el caso a colación en el discurso que pronunció ayer durante la celebración del Día del Pilar, patrona de la Guardia Civil. "No les puedo prometer ni plazo ni resultados concretos, pero sí que en todo momento y de manera permanente dedicamos todos los recursos humanos y materiales".

Terminado el acto, el mando se ratificó a preguntas de los periodistas, con la máxima cautela al tratarse de una investigación en curso. "Es nuestro caso principal, dedicamos todos los esfuerzos a él, no se deja en ningún momento y no descartamos ninguna línea de investigación". El teniente coronel declinó hacer comentarios tras las recientes manifestaciones del delegado del Gobierno, Santiago Villanueva, desvelando que los investigadores habían dirigido sus pesquisas, entre otras, al posible paradero en Portugal del autor o autores del crimen de Don Adolfo. "Estamos volcados en la investigación, que como todos los temas de este tipo, es muy complicada".

La entrega de los asesinos a la justicia es un deseo firme del subdelegado del Gobierno. En su alocución de ayer, Roberto Castro, calificó el caso del sacerdote y el de la ourensana Socorro Pérez, como "asuntos que nos han quebrado el alma y encogido el corazón". El político subrayó la "dedicación y entrega" de la Guardia Civil como garantías para llegar a esclarecer la muerte violenta del religioso. "Sabemos que no cejaréis en vuestro empeño de poner a disposición judicial a aquellos que, amparados en el anonimato y abusando de la confianza de la víctima, han infligido un daño irreparable".