La experiencia es todo un valor al volante si no entra en conflicto con la facultad de conducir en sintonía con la seguridad propia y ajena. La edad, con su pérdida de capacidades y achaques, no pasa desapercibida. El envejecimiento de la población de Ourense que preocupa a las autoridades por el futuro económico y social de la provincia, también es un quebradero para los responsables de Tráfico. Este año, la responsable en Galicia de la Dirección General de Tráfico, Victoria Gómez, subrayó la importancia de "vigilar" las aptitudes para conducir de los mayores, el 46% de las víctimas mortales registradas en el último año en el caso de Ourense (12 de 26 superaban los 65 y seis de ellos, los 80, según los datos de los médicos forenses).

En un censo de más de 190.000 ourensanos con permisos o licencia de circulación, los mayores representan casi una cuarta parte del total. En la provincia ya hay más de 44.000 conductores que superan los 65 años (la población de esa edad ronda las 95.000 personas). Los psicotécnicos son la barrera que ha de rebasar el colectivo, demostrando suficientes facultades para seguir al volante. El sector, que tiene 18 centros autorizados en la provincia, realiza unos 25.000 reconocimientos anuales (hay que sumar otros 5.000 para obtener o canjear un permiso), y "el 35 o el 40% de los que vienen tienen más de 65 años", subraya Modesto Nóvoa, director del Psicotécnico Juan XXIII.

En los últimos años, confirma, las restricciones de permisos han aumentado. Al pasar los 65, el periodo máximo de vigencia cae a un lustro pero el progresivo envejecimiento ha provocado que las licencias por regla general cada vez caduquen antes, obligando a un nuevo examen. Hay más límites que los médicos al servicio de Tráfico pueden imponer según el caso. El deterioro de la visión y algunas patologías asociadas a la edad implican limitaciones. "Los facultativos tenemos la capacidad de discernir y medir la evolución. Por ejemplo, ante un problema incipiente de cataratas, pendiente de evolución pero que de momento permite conservar una agudeza suficiente, se puede restringir la vigencia para volver a examinar a la persona pasado un tiempo, nunca más de 3 años".

En Ourense, además de las dolencias visuales o auditivas por la edad, que exigen llevar al volante gafas o audífonos, son frecuentes los problemas neurológicos, tipo alzheimer, que "aconsejan un reconocimiento una vez al año". Más allá de la caducidad, los psicotécnicos pueden restringir otras variables: reducir los desplazamientos del conductor a 20 o 50 kilómetros desde su casa, limitar la velocidad ante la falta de reflejos y coordinación, o prohibirle circular de noche (debido a alteraciones de la visión mesópica), o por autovías y autopistas. En los casos más graves, directamente se quita el carné. Tráfico suma este año 37 retiradas cautelares o definitivas a conductores por motivos psicofísicos.

En el colectivo de mayores también es más habitual la necesidad de medicinas para paliar enfermedades crónicas. En este caso su consumo puede incluso dar positivo en el test de drogas, por la presencia de opiáceos. En Ourense ya se han registrado 3 casos, según la Jefatura Provincial. Uno fue archivado porque la cantidad detectada era escasa y derivada de un tratamiento médico oficial.