Los incendios forestales han arrasado en lo que va de verano en Ourense más de 6.500 hectáreas de monte, una cifra que como mínimo triplica lo ardido en toda Galicia durante el año pasado. Como mínimo porque no contabiliza los incendios que no superan las 20 hectáreas y, por lo tanto, no se incluyen en la información pública que realiza diariamente la Consellería de Medio Rural. Estos fuegos de menor consideración se suman al final del ejercicio, cuando el departamento de la Xunta hace el balance definitivo.
Así, en 2014 se registraron en toda Galicia 1.232 fuegos y la superficie quemada se elevó a 2.002,60 hectáreas, de las que 1.108 corresponden a la provincia de Ourense, donde en todo el año pasado se registraron 457 siniestros.
Desde que comenzó la actual campaña de máximo riesgo de incendios forestales, el pasado 1 de julio, ardieron en Ourense 6.575 hectáreas como consecuencia de los 43 incendios sobre los que informó la Xunta, por lo que la cifra es aun mayor ya que se registraron numerosos focos menores en cuanto a superficie quemada. Esto significa que en solo diez semanas ardió en la provincia seis veces más que en el mismo territorio en todo 2014.
El peor siniestro registrado hasta el momento tanto por superficie arrasada como por la complicación que supuso su extinción y el riesgo que entrañó para la población es el que se inició el pasado 30 de agosto en Lucenza, Cualedro, y precisó cuatro días para su extinción. Este siniestro se llevó por delante 3.198 hectáreas de monte en menos de un día, casi la mitad de todo lo ardido en la provincia, según los datos que se manejan en la actualidad. Este fuego obligó a activar el nivel 2 de emergencia y movilizó a más de 400 efectivos. Como presunto responsable fue detenido el pasado viernes un jubilado de 83 años y vecino de A Saceda, que quedó en libertad con cargos.
Cualedro fue sin duda una de las zonas más afectadas por los incendios forestales este verano, con otros cuatro fuegos en lo que va de campaña que superaron las 20 hectáreas. Los dos primeros se registraron el 17 de julio en la parroquia de Montes, y entre los dos sumaron 100 hectáreas. El 30 de julio otro fuego grande amenazaba Lucenza y arrasaba 21,6 hectáreas, según los datos de Medio Rural. Una semana antes del gran incendio ardía también en la localidad próixima de A Xironda, quemando 314 hectáreas. Esta repetición de fuegos, unidos a los que afectaban reiteradamene a los municipios vecinos de Baltar, Xinzo y Trasmiras, llevó a los cuatro alcaldes de la zona a llamar la atención sobre la intencionalidad de los incendios y la existencia de una supuesta trama de "terrorismo ecológico similar al yihadismo", en palabras del alcalde de Xinzo, Antonio Pérez, que llegó a revelar la existencia de siete artefactos en el caso reciente de Cualedro, sin que este dato fuese confirmado hasta la fecha por la Guardia Civil.
También ha sido hasta ahora una campaña difícil en cuanto a la peligrosidad para la población ya que en cinco ocasiones, incluido el ya citado de Cualedro, fue necesaria la activación del nivel dos de emergencia por riesgo para los vecinos. La primera vez fue en Palmés, en el perímetro rural de Ourense, donde el 28 de julio se registraba un fuego que amenazó las caas y devastó 215,5 hectáreas. También corrieron peligro las viviendas en Vilariño, Pereiro de Aguiar, a principios de agosto, y en A Merca, A Mezquita. En Cudeiro, también en la periferia de la capital, se sucedieron dos fuegos de nivel dos en menos de una semana.
En el Parque Natural do Xurés ardieron más de 150 hectáreas y la Rede Natura perdió más de 630.
