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"¿109 anos? ¡Ay, que velliña che son!"

Josefa Álvarez, de Ramirás, es la abuela de Ourense y la segunda persona más longeva de Galicia -La soltería, cantar y un café con leche al día, el secreto de su larga vida

Josefa Álvarez celebró ayer su cumpleaños con personal de la residencia y sus dos sobrinos. // Iñaki Osorio

Josefa Álvarez es de Santomé, Ramirás, pero lleva 17 años en el geriátrico de Nuestra Señora do Mundil, en Cartelle, donde se ha convertido en toda una veterana y la niña mimada del personal. Es la única residente centenaria y a pesar de sus 109 años todavía canta y ríe casi tanto como cuando llegó, hace casi dos décadas.

Ayer celebró su cumpleaños rodeada de las trabajadoras de esta residencia de la Fundación San Rosendo y dos de sus sobrinos. Este último año ha perdido bastante oído pero conserva la memoria a largo plazo y todavía se tiene de pie y puede caminar con ayuda.

Josefa es la abuela de Ourense y la segunda persona más longeva de Galicia detrás de Avelina Mouzo, de Camariñas, que cumplió 110 años el pasado diciembre. En la provincia hay 266 personas centenarias, de las que 221 son mujeres y 44, hombres. Nació en 1906, unos días antes de que se fundase el Real Club Deportivo de La Coruña y año en el que se constituyó la Real Academia Galega. Eran tiempos de grandes penurias y miseria en España pero Josefa sobrevivió "traballando moito e comendo pouco", recuerda.

No tiene hijos y nunca tuvo marido. ¿Por qué? Pues porque "non aguantei a ningún home". Lo dice ella con la misma naturalidad con la que afirma que precisamente la soltería y el no haber sido madre le han dado más años de vida. Otro de sus secretos es el café con leche diario, siempre después de comer, un hábito irrenunciable.

La directora del geriátrico, Vicenta Freire, asegura que es una más entre los residentes y que sigue el programa como el resto. Pero fue un día especial para ella. "¿109 anos? ¡Ay, que velliña che son!", dice cuando le cuentan que vendrán sus sobrinos y que habrá tarta de cumpleaños. Recibió flores y regaló canciones. "Solo hay que ponerle el tono y ella ya sigue, canta la Rianxeira y lo que haga falta, es un cielo", cuenta la directora. La última analítica que le realizaron le salió "perfecta, comparable a la de una persona joven", y participa en los talleres cognitivos de forma dinámica para su edad. El año pasado incluso se disfrazó de pirata el lunes de carnaval.

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