En "Te compro tu novia", Ramón Orlando, el rey dominicano del merengue, estaba dispuesto a pagar "un millón" por la chica de su amigo, una mujer que "sabe hacerlo todo en la casa" y que no gasta ni molesta. El cubano Antonio Machín, as de la balada romántica, cantó en su "Corazón loco" la hazaña de tener dos mujeres, la "sagrada" esposa y madre, y la irrenunciable amante "prohibida". Clásicos latinos de la verbena como estos no podían faltar ayer en el repertorio elegido por la Marcha Mundial das Mulleres para ridiculizar la canción "patriarcal" que de forma sutil o explícita se extiende peligrosamente a través los rankings musicales.

Bajo el título de los "40 copulares, cantigas que espantan", el colectivo promovió una convocatoria en la que se buscaban canciones populares y actuales cuyas letras, además de espantar, reproducen mensajes sexistas y machistas que en forma de estribillos pegadizos tararean los jóvenes de la mañana a la noche. Letras inteligentes como el "Quítate el top" que pincha Kiko Rivera o como las que componen el género reguetón eran las candidatas perfectas a conformar el programa del festival, pero fueron románticos latinos como Machín o Orlando los que se impusieron en el "top ten".

La Marcha Mundial das Mulleres reconoce que la música es la esencia de cualquier fiesta y que forma parte del divertimento pero proclama que aunque no se le da importancia a la letra, el contenido que se difunde sí es relevante porque "normaliza".

En la ranchera "Mátalas", del mexicano Alejandro Fernández, la letra presuntamente romántica propone a los hombres disfrutar de los placeres femeninos convirtiéndose en "asesino de mujeres". Otros más radicales, como Cacho Castaña, van más allá con títulos como "Si te agarro con otro te mato", una canción que no solo impone la autoridad masculina sino que hace gala también de su "valentía": "Si te agarro con otro te mato, te doy una paliza y después me escapo", repite una y otra vez la letra.

Esta denuncia contra la violencia machista a través de la parodia y la música cerró ayer el programa cultural VeráneArte organizado por Es.Cu.A. El festival se celebró a partir de las 22 horas en la Praza de San Marcial y contó con la participación en el escenario de unas quince personas que reprodujeron las letras elegidas por la Marcha Mundial das Mulleres en tono jocoso. Canciones interpretadas por voces masculinas se cantaron con voz de mujer para retorcer aun más el "absurdo" de las letras. Uno de los momentos más cómicos se produjo con la versión del tema "¿Quién es ese hombre?", de la novela Pasión de gavilanes, un ejemplar ("fiera inquieta") capaz, según reza la canción, de desnudar con la mirada y hacer a las mujeres sentir lo que ya son. Ni siquiera la romántica Thalía se libró de este examen del feminismo al género musical. En "Amar sin ser amada", una desdichada mujer se declara "abandonada" tras una ruptura y advierte de que no piensa "someterse más a otro amor". La Marcha Mundial das Mulleres denuncia que incluso canciones cantadas por mujeres transmiten la imagen femenina como la de un ser "cosificado" y siempre entregado y "dependiente" del hombre.

Aunque el colectivo planteó el festival como un evento cómico para ridiculizar este tipo de música, las críticas a la reforma de la Ley del Aborto fueron inevitables. La edil del BNG en el Concello de Ourense, Ximena González, que asistió al certamen sostiene que las letras que alimentan la "mercantilización" del cuerpo de la mujer "construyen discursos que acaba en leyes como esta, que impiden a las mujeres decidir".

Frente a temas como los interpretados ayer, el colectivo reivindica música moderna incluso desde ámbitos "masculinizados" como el hip hop, con letras que defienden los derechos de las mujeres. Mala Rodríguez, Sés o Sacha na horta, son algunos ejemplos.

Antes de la interpretación de "Mátalas", de Alejandro Fernández, la organización pidió un minuto de silencio por Sara Pereira Camiña, la octogenaria asesinada el martes presuntamente por su marido en Pazos de Borbén.