Los vecinos del número 85 de la avenida Fragoso confiesan vivir una situación de "horrible". Las palabras vómito, nauseas o vergüenza se repiten en la boca de los residentes de un edificio que ayer fue protagonista por la sentencia dictada por el Juzgado de Primera Instancia 10 de Vigo, que obliga a una de las vecinas a dejar su piso al no cumplir con las normas mínimas de convivencia. ¿El motivo? Vive junto a su hija rodeada de basura y animales en condiciones "nocivas, dañosas e insalubres".

Los residentes del bloque lo tienen claro: "Así no se puede vivir". "El olor, que unos días se nota más que otros, está presente en todo el edificio", asegura una de las vecinas que vive en uno de los pisos superiores. Y es que la planta más problemática es la primera, donde mora la problemática mujer junto a su hija. Al parecer, allí convive también el novio de la joven, que rondará los 20 años, además de seis animales: cuatro perros y dos gatos.

"Llevo viviendo toda la vida aquí. De hecho, de pequeño solía jugar con la chica, en el parque que hay detrás del edificio, y todo era muy normal", narraba ayer uno de los habitantes del edificio. Un parque, situado en la calle Espedrigada, desde el que se pueden observar las ventanas del conflictivo piso. Ayer por la tarde, un gato asomaba su cabeza tras una persiana partida a la mitad, en un piso que por lo demás permanecía cerrado a cal y canto. "Siempre tienen todo así. Aunque lo malo es cuando les da por ventilar un poco, porque se traslada el olor al resto del edificio a través del patio de luces", explica Sergio Pérez, que vive en la primera planta casi puerta con puerta.

Pérez, a quien le da "vergüenza" llevar a amigos a su casa por el nauseabundo olor, contaba ayer que ya habían sido denunciados otras veces. "Una vez vinieron los bomberos y consiguieron entrar, porque a veces, cuando aparecía la Policía, ellas ni abrían. Eso sí, tuvieron que utilizar mascarillas de oxígeno para poder respirar", comentaba el vecino, quien asegura que el piso no tiene revestimiento en el suelo y que hay heces de los animales que moran allí.

"No se dejan ver mucho"

Los residentes del número 85 de Fragoso coinciden: "No se dejan ver mucho". "Con los demás no es que se lleven bien o mal, es que tampoco te cruzas con ellas", explica una de las vecinas. Pérez, por su parte, cuenta que normalmente suelen salir de casa o "temprano o muy tarde, a la noche".

Del mismo modo, los habitantes de este edificio concuerdan en que antes la situación era distinta. "Yo vivo aquí desde siempre. Ellos llegaron más tarde y al principio esto no era así, era una situación normal de convivencia", relataba un vecino. "Desde que vivo aquí, y ya son ocho años, no hubo problemas con este olor hasta hará unos cuatro o cinco", dijo una inquilina.

El presidente de la comunidad de vecinos, por su parte, no quiso ayer hacer declaraciones sobre un tema que considera cerrado. "Ya hemos hecho todo lo que se podía hacer. La sentencia está ahí y si no colaboran se tendrán que ir", recordaba.

La sentencia dictada por la magistrada priva tanto a la mujer como a la hija de vivir en el piso por un período de dos años, lo que significa que tendrán que abandonar la residencia en ese tiempo, además de tener que "limpiar y desinfectar" el domicilio ante la suciedad acumulada. Una sentencia a la todavía pueden presentar un recurso de apelación y que ayer celebraban unos vecinos que están hartos de convivir en estas condiciones.