El casco histórico era ayer un hervidero de gente deambulando por las calles con mochilas a cuestas, mapas desplegados y cámaras fotográficas. La oficina municipal de turismo no dejó de recibir visitas hasta la hora de cierre, a las 14 horas, y el entorno de As Burgas parecía por momentos un hormiguero humano. La piscina termal en pleno corazón del casco histórico no deja de sorprender a los visitantes que acuden en busca de la afamada burga caliente. Niños y mayores pasan su mano por el agua de los caños antes de detenerse a contemplar el peculiar balneario al aire libre e imaginarse un baño relajante al anochecer. Por eso algunos se van con la idea de volver.

El nuevo centro de interpretación arqueológico y termal abierto en las traseras de la calle Vilar con su parte museística también despierta curiosidad entre los nuevos visitantes y sorpresa entre los que vienen con cierta frecuencia. Como una madrileña con ascendencia ourensana que visita la ciudad todos los años y que ayer llevó a una amiga a conocer "lo típico" de la ciudad: "Da gusto ver lo arreglado que está esto", destaca.

Paco de Viveiro y Teresa de Huelva vinieron a pasar la jornada del sábado y regresaron maravillados por las posibilidades de Ourense en el terreno termal. "Me encanta la fuente de As Burgas pero yo tenía otra idea de las termas", dice Teresa que ha visto por la tele a decenas de bañistas disfrutando de los baños a orillas del río Miño en A Chavasqueira, Muíño da Veiga y Outariz. "Sí sí, eso es lo que quiero ver", apunta.

Mientras, una familia vasca con dos niños recorre todo el entorno de la fuente de As Burgas con interés. El hijo mayor no acaba de creerse que de la tierra pueda brotar agua a 68 grados y no deja de repetir asombrado "¡300 litros por minuto!".

En la vecina tienda de productos típicos y panadería Vilar de Condes aseguran que "se ve muchísima gente", aunque no repercute en el negocio. "Parece que remonta el turismo pero se nota que no hay dinero porque antes compraban sin preguntar el precio y ahora casi ni entran", señala la dependienta. En cualquier caso, el buen tiempo también ha favorecido la presencia de gente en las calles y en las terrazas de las cafeterías y restaurantes de la ciudad, así como en la zona comercial de Santo Domingo y Paseo.