La plataforma ciudadana "Ríos Limpos" será la encargada de coordinar las denuncias por lo que califican "desfeitas" que están provocando las obras de la alta velocidad en diferentes puntos de la provincia, desde A Gudiña hasta la ciudad de Ourense, tramo que está pendiente de su licitación definitiva, y que discurre entre Taboadela-Seixalbo y la estación Empalme, en la zona de A Ponte.

En la reunión que celebraron asociaciones vecinales, ecologistas, grupos políticos y y sindicales, constataron la "desfeita medioambiental" que están provocando las obras del AVE, y que tiene un especial impacto en zonas rurales de la provincia, con especial incidencia en infraestructuras viarias.

Para estos colectivos lo más preocupante son los "graves atentados medioambientales", tanto en lo que se refiere a las obras como las ocupaciones y expropiaciones de tierras, y dirigen sus criticas al "consentimiento y apoyo" de la Administradora de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) con las empresas adjudicatarias de las obras. Y añaden que también es grave el "silencio premeditado" y la "dejación de funciones" de las distintas administraciones públicas -Xunta y concellos- que deberían "defender" a los ciudadanos.

Frente común

Conscientes del problema que existe y después de constatar el escaso eco social sobre los efectos de las obras del AVE, los representantes de todos los colectivos acordaron hacer un "frente común", y establecer una hoja de ruta para dar a conocer los problemas que se están provocando en estas zonas del rural ourensano.

Así, revelan que la expropiación-ocupación, que en la mayoría de los casos se realizan "sin los tramites oportunos, por lo tanto ilegales", como sostienen desde la plataforma ciudadana, y la posterior instalación de plantas de hormigonado, de actividades mineras, así como de escombreras en las zonas ocupadas por ADIF tiene un efecto "pernicioso" para la calidad y modo de vida de los vecinos de los concellos por donde discurre el trazado del AVE.

Y a modo de ejemplo "sangrante" de lo que denuncian es lo que sucede en la parroquia de San Pedro de Maus-Porto-alemparte, en el Concello de Vilar de Barrio, en donde las obras están a dejar un fuerte impacto paisajístico y medioambiental.

Y así, después de las comprobaciones realizadas, denuncian que la mayoría de las 27 hectáreas ya ocupadas por la plataforma del AVE estaban cubiertas por bosques autóctonos (carballeiras, soutos con castiñeiros centenarios y una fraga de ribeira). Y sin que por parte del alcalde, Julio Pérez, que a su vez es diputado provincial, y el equipo de gobierno del Partido Popular, se diga nada al respecto.

Pero las obras también están afectando a los cursos de agua, como los pequeños regatos y a la zona de cabecera del río Arnoia. Debido a que mediante una modificación del proyecto pretenden expropiar y ocupar otras 18 hectáreas más por lo que una parte importante de la superficie forestal-productiva de la parroquia quedará totalmente inutilizada, con lo que la plataforma entiende que se pone en "grave riesgo" el futuro económico de la zona con efectos "irreversibles" en lo que al paisaje y la calidad de vida de ese pequeño valle se refiere.

Algo similar sucede con muchas carreteras, por donde discurre la maquinaria pesada, que afecta directamente a los usuarios de las mismas. Para el colectivo ciudadano se trata de "agresiones" que deben ser denunciadas, y exigir a las empresas adjudicatarias de las obras el cumplimiento estricto de los correspondientes estudios de impacto medioambiental.