Los juicios paralelos no representan un problema para la administración de justicia y son fruto de una necesidad de la sociedad de "vivir en la verdad". Así lo afirmó ayer en las jornadas sobre prensa y justicia que se celebran en la Facultad de Derecho de Ourense el secretario general del Consejo General del Poder Judicial, Celso Rodríguez Padrón. Sin embargo, pueden provocar una "pérdida de la credibilidad" en jueces y tribunales por "incomprensión" cuando los condenados socialmente son absueltos por la vía judicial.

El jurista, de origen ourensano, defiende la existencia de estos procesos que se desarrollan de forma paralela a la vía judicial pero advierte del grave riesgo que corre la justicia cuando su pronunciamiento final no coincide con la sentencia social. "Si el proceso acaba siendo absolutorio, enseguida saldría un estudio demoscópico que mostraría rechazo social porque algunos de los personajes ya estaban condenados previamente", apuntó. Como ejemplo de juicio paralelo se refirió a casos como el de Bárcenas, Urdangarín, Bankia e incluso el del expresidente de la Diputación, José Luis Baltar, investigado por contrataciones irregulares. "El problema es que los juicios paralelos presentan tiempos inversos a los procesos judiciales porque comienzan con la sentencia, y casi siempre es contraria" a la persona que se somete a la justicia, señaló.

El presidente de la Audiencia, Fernando Alañón, también se mostró a favor de los juicios paralelos por "inevitables y necesarios" debido al principio de publicidad de las actuaciones judiciales. Sin embargo, y en esto coincidieron otros juristas, el derecho a la información "colisiona con otros derechos fundamentales como el de la intimidad y el honor". El problema, añade Alañón, "surge cuando la información que se da toma partido o esta sesgada".

La periodista Cristina Villanueva, de La Sexta, defendió que los secretos sumariales deben acortarse para facilitar la labor de información a los ciudadanos.