El proyecto para la puesta en marcha de una fábrica de coches eléctricos que pretendía desarrollar Xero en esta provincia se desploma, como reconoce el representante de la empresa en España, Julio Mayorga. Atribuye la situación, a que los empresarios de Vilamarín "no se implicaron en la iniciativa", aportando los seis millones de euros que se requerían, y que la compañía no logró captar esa inversión en el exterior. En cambio, la versión del regidor de Vilamarín y animador de la operación, Amador Vázquez, es radicalmente distinta. Sostiene que a los empresarios de la zona les sentó como "un jarro de agua fría" comprobar que detrás "no existía un proyecto sólido, ni experiencia, ni fábrica", más allá de una idea interesante y de los 11 millones de euros que había prometido la Xunta.

Pero además, Julio Mayorga y Amador Vázquez coinciden en señalar, cada uno por su parte, que lo que más ha contribuido a que se precipitara este desenlace son los tremendos avances que están logrando de una forma discreta las marcas tradicionales del sector, como Citroën, Toyota y otras, en la investigación y puesta en el mercado de coches híbridos y eléctricos, gracias a la enorme experiencia que acumulan sobre la automoción, mientras que Xero se limitó a realizar el anuncio de la fabricación del X-EV hace año y medio sin ejecutarlo.

El desánimo cundió cuando los empresarios de Vilamarín invitados a participar, entre los que se encontraban dirigentes de compañías tan importantes como Coren y Barbosa, descubrieron que detrás del proyecto "no había una firma experimentada", dado que Xero es una compañía, con matriz inglesa, que se dedica a la venta de motos, scooters, bicicletas y monopatines eléctricos. Por lo tanto, llegaron a la conclusión de que era "poco probable" que los grandes fabricantes de coches se quedaran "cruzados de brazos, ante el peligro de perder cuota de mercado".

De una forma eufemística, Julio Mayorga señala: "Yo ya no estoy tan involucrado en el proyecto. Eso se ha ralentizado, y ahora lo llevan directamente desde Inglaterra".

"Una propuesta sincera"

El proyecto de la firma británica Xero, para fabricar 20.000 coches eléctricos al año en Melón (o Vilamarín) fue presentado por todo lo alto el día 23 de marzo de 2011, en período preelectoral, prometiendo la creación de 1.030 puestos de trabajo, por lo que la Xunta comprometió la aportación de 11 millones de euros. Participaron en el acto, acompañando a los empresarios de Xero Oliver Mitchell e Ian Mitchell y al representante de la empresa en España, Julio Mayorga, el conselleiro de Industria, Javier Guerra, y el entonces presidente de la Diputación de Ourense, José Luis Baltar. Xero prometía fabricar el coche eléctrico X-EV, con tres plazas y una autonomía de 200 kilómetros. Con una velocidad máxima de 105 kilómetros por hora, que se podría comprar por 18.000 euros, menos los 7.000 euros por unidad de subvención que aportaría la Xunta.

Diversos cargos políticos del PSOE y BNG cargaron duramente contra el proyecto, indicando que se trataba de "pura propaganda electoral", antes de las municipales. En cambio, el alcalde de Vilamarín asegura que "hubo sinceridad" en la propuesta, y que los empresarios de la zona estaban dispuestos a participar, pero él no los quiso "embarcar" y solicitaron informes técnicos que desaconsejaron la inversión.