Los estudiantes de Ourense están en pie de guerra contra las medidas de recorte impuestas por los gobiernos gallego y español que afectan a la enseñanza pública. Y más desde que ayer la policía nacional desalojó de madrugada a un grupo de integrantes de diferentes organizaciones estudiantiles que permanecía encerrado de forma pacífica en la Biblioteca Nodal de la calle Concello desde las 21 horas. Llegaron a ser medio centenar de manifestantes, aunque en el momento de la disolución (2,30 horas) el grupo se había reducido a unos veinte.

Durante cinco horas permanecieron dentro preparando la Selectividad (había menores de edad en el grupo) y los exámenes finales de la Universidad, debatiendo en asamblea y transmitiendo por las redes sociales que su encierro estaba siendo un éxito. La empatía del personal de la biblioteca, el buen trato del personal de seguridad del edificio y una primera visita de mero control de la policía a las 21,10 horas les dieron aliento: "Non nos vamos", lanzaron por twitter.

Pese a todo, los agentes les advirtieron de que la ocupación de un edificio público tenía que ser comunicada previamente a la Subdelegación del Gobierno, cosa que ellos no habían hecho, por lo que esperarían órdenes de sus superiores. Y les dejaron allí durante cinco horas, un tiempo que les hizo creer que no pasaría nada.

Hasta que pasadas las 2 de la madrugada vieron llegar desde la ventana unos 10 vehículos policiales de los que se bajaban numerosos agentes con cascos y material antidisturbios. Entendieron que la idea de mantener el encierro durante 24 horas no sería posible. Así lo relata Marcos Sumavielle, de la Liga Estudantil Galega, que destaca la tranquilidad con que el grupo encaró el inminente desalojo: "Recogimos las mochilas pero con la intención de aguantar lo máximo".

"Los agentes entraron obligándonos a salir y provocando una situación de tensión, con amenazas y faltas de respeto". Así que decidieron mantenerse en su posición "porque la situación actual de la enseñanza así lo requiere".

Los agentes les dieron tres oportunidades para salir pero los estudiantes decidieron cogerse de las manos y resistir. "Al tercer aviso cargaron a base de empujones y estrangulamientos con las porras", asegura Sumavielle, que denuncia las formas "no racionales" y en todo momento "desproporcionadas, sin tener en cuenta que había menores de edad". Añade que el desalojo se acompañó en todo momento de "insultos y vejaciones por parte de la policía".

Ya en la calle, los estudiantes se encararon con los agentes, que hicieron barrera en la puerta impidiéndoles el acceso.

La noticia del desalojo voló por las redes sociales y las organizaciones estudiantiles de toda Galicia respondieron con mensajes de apoyo y concentraciones de solidaridad en Lugo, Santiago y A Coruña, además de la celebrada frente a la Subdelegación del Gobierno en Ourense.

"Hicieron una piña y había que despegarla", dice el subdelegado

El Subdelegado del Gobierno en Ourense, Roberto Castro, defendió ayer el desalojo de la biblioteca alegando que se trata de un edificio público y que los estudiantes demostraron una actitud "de total falta de democracia". Tampoco le pareció bien que la protesta se hiciese en horario nocturno: "Eso es atípico", señaló.

Fue por eso que se decidió intervenir para que "depusiesen su actitud", pero como los agentes no lo consiguieron "se dio la orden de desalojo". Roberto Castro asegura que la disolución de la protesta se realizó "de manera tranquila, sin conflicto", aunque preguntado por la supuesta actitud violenta de los agentes negó la carga policial: "Se sujetaron los brazos unos a otros e hicieron una piña, hubo que despegarla para ponerlos fuera. No es fácil manejar una porra y despegar al mismo tiempo. Eso que dicen no pasó".

La Xunta denuncia en el juzgado los desperfectos de la Nodal

La Consellería de Educación emitió ayer por la tarde un comunicado para condenar la ocupación de espacios públicos y anunciar que los desperfectos que sufrió el mobiliario de la Biblioteca Nodal durante el desalojo "fueron puestos en conocimiento del Juzgado de Guardia". Advierte, además, de que no permitirá que los causantes "queden impunes".

La consellería que dirige Jesús Vázquez afirma que los jóvenes "causaron destrozos en el mobiliario y provocaron daños en las estanterías". También les reprocha que hayan hecho "desaparecer" una bandera de España y que dejasen el habitáculo "ocupado de banderas comunistas y nacionalistas gallegas".

También denuncia la Xunta que el local ofrecía "un aspecto de suciedad por los restos de comida y bebida", así como "velas que los desalojados dejaron atrás". La consellería "reprueba, lamenta y condena" estos actos porque "causan perjuicios" para los usuarios de la biblioteca.

Sin tiempo para recoger

Los aludidos, que fueron todos identificados por la policía, defienden que los destrozos los provocó la policía "empujándonos contra el mobiliario". Además, se preguntan como pretendía la Xunta que limpiasen y recogiesen si "nos sacaron por la fuerza".