Menos de un minuto pudieron tardar en alcanzar la autovía A-52 de As Rías Baixas para poner carretera de por medio en un Mercedes Clase A robado. O en continuar a través de Cortegada en escapada hacia el país vecino. A mitad de camino entre Ourense y Vigo, a escasos kilómetros de la frontera portuguesa. La Guardia Civil tiene por delante la investigación de un nuevo robo con fuerza que suma y sigue en la imparable comisión de sustracciones y asaltos de los últimos meses; las empresas que resisten echando un pulso a la crisis lo tienen difícil con los ladrones. Al pie del enlace de la autovía, en la localidad de Sampaio, el conocido bodeguero de O Ribeiro Jerónimo Docampo Martínez, de 75 años de edad, regresaba a casa con su mujer, de 72, la noche del domingo. "Chegaban de Ourense e xa os colleron, tiñan que ter información", comentaba ayer una vecina en un bar próximo. Quizás, conocimiento de que el empresario custodiaba una importante cantidad de dinero apartado para pagar la campaña de recolección de vino. Cinco individuos encapuchados, con el rostro tapado con pasamontañas y vestidos con un impermeable los estaban esperando para robar. Hablaban con acento "gallego o portugués". Se llevaron 24.000 euros.

Según fuentes conocedoras de este suceso, cuando el hombre se bajó del coche para accionar el mando de la puerta del garaje, los desconocidos se abalanzaron sobre él. Ocurrió sobre las 21,30 horas de la noche. Media hora después, la Central Operativa de Servicios de la Comandancia de la Guardia Civil de Ourense recibía una llamada del hijo de las víctimas informando de los hechos.

Los ladrones exigieron el dinero al empresario y este se negó de entrada, aseguran las mismas fuentes. Los individuos no aceptaron el no por respuesta. Agredieron al bodeguero septuagenario golpeándolo en la cabeza en presencia de su esposa. Además, lo ataron de pies y manos mientras se hacían con el botín, un total de 24.000 euros sumado a la sustracción del vehículo de las víctimas con el que los ladrones se dieron a la fuga. La Guardia Civil recogió ayer vestigios en el lugar de los hechos y ha trasladado una requisitoria de búsqueda con los datos del automóvil a todas las Comandancias y a la GNR portuguesa. Al cierre de ayer no habían trascendido detenciones.

La esposa, M.P.O. no sufrió lesiones tras ser conminada por los ladrones a entregarles el dinero. También le exigieron que esperara dos horas antes de dar la señal de alarma. Cuando los agentes de la Guardia Civil llegaron al domicilio, encontraron a la pareja en la casa y al industrial atado a una butaca del dormitorio. Presentaba heridas en la cara, una brecha en la cabeza y daños también un ojo, por lo que fue trasladado al Punto de Atención Continuada (PAC) de Ribadavia para recibir atención médica. Los facultativos lo derivaron al Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) para realizar más pruebas. Ayer por la tarde, unas quince horas después del ingreso, el empresario de Sampaio permanecía en estado de observación del servicio de Urgencias.

La vivienda del matrimonio y la conocida bodega de la víctima, con una tradición que se remonta a varias generaciones y productos tan reputados como Viña do Campo, comparten acceso y recinto al pie de la carretera en la localidad de Sampaio. Ayer los familiares declinaban hacer declaraciones a este periódico. Los investigadores no descartan hipótesis, incluido que los autores de este asalto formen una banda itinerante.

Otro atraco en Allariz

El de Ribadavia fue el más violento pero uno más de los delitos de robo que carga de trabajo a las fuerzas de seguridad en Ourense, más atareadas cuanto más se prolonga la crisis. En un pub de Allariz, dos hombres que también llevaban la cara cubierta abordaron a la señora de la limpieza a primera hora de ayer, la arrinconaron en una esquina y se llevaron 2.300 euros tras acceder a un almacén.

Las empresas son uno de los colectivos más perjudicados por el incremento de la criminalidad. En Oímbra se registró el segundo allanamiento de una nave en pocos días. Los ladrones forzaron la entrada a una empresa de invernaderos la pasada noche para llevarse 1.000 euros en efectivo y una cámara de fotos digital. En la vivienda contigua, se apoderaron de una televisión y una escopeta, según la Guardia Civil. Por un hecho similar, fueron detenidos dos jóvenes y un hombre de 42 años, residentes en A Fontela, Maside, por entrar a robar chatarra en una nave de Seixalbo para venderla después.